Capítulo 2

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Chifuyu maldecía el hecho de haberse quedado más tiempo después de clases para limpiar el salón, ni siquiera recordaba que fuera su turno, en serio había estado divagando mucho esa semana y si su maestro, que poco le importaba lo que les sucediera a sus estudiantes, había mostrado un deje de preocupación al abandonar el aula, no podía imaginar a sus amigos.

Se pregunto si podría ir a casa a cambiarse, pero al observar la hora notó que tardaría demasiado, por lo que se apresuró a terminar con la limpieza y encaminarse al punto de encuentro. La TOMAN, como a Mickey le gustaba llamarlos, era un grupo de amigos que se profesaban lealtad y sincera amistad, todos y cada uno de ellos eran expertos en no hacer nada.

Pero habían encontrado en ese pequeño grupo la aceptación y el consuelo que sus amigos e incluso sus propias familias no pudieron darles, porque, a veces un lazo de amistad era más fuerte que uno sanguíneo.

Muchos de ellos ya habían culminado la escuela, y otros, como Takemichi y él, iban a hacerlo ese año. El año pasado habían realizado una fiesta por la graduación, probablemente la reunión de hoy era para planear una similar. Se sentía nostálgico al recordar como el pastel había terminado en la cara de Mickey, el baile gracioso de los gemelos Kawata, el tierno beso que le había dado Draken en la mejilla, producto de jugar verdad o reto, y la mirada amenazante de Mickey cuando los vio desde una esquina. Recordó también que ese era su último año en la escuela y que pronto tendría que abrir las alas y volar del nido.

Se preguntó que sería del hombre con el que soñaba y rogó con todo su corazón que fuera feliz y que los sueños que lo atormentaban terminaran pronto.

Se dio cuenta que había ocupado mucho tiempo pensando en el pasado, Takemichi lo mataría por llegar tarde, se apresuró a salir del aula, decidió cortar camino yendo por un callejón y se encontró con quien menos esperaba.

Por otro lado, Mickey estaba impaciente, moviendo la pierna en un tic nervioso y jugueteando con la trenza de Draken, como si de un gato se tratase.

- No ha llegado – Dijo haciendo un mohín – Ninguno de ellos, voy a golpearlos a ambos

- Chifuyu se ha quedado limpiando el salón, no ha de tardar mucho – Takemichi abogó por su amigo

- Pues debe estar trapeando el piso con la lengua porque se demora una eternidad

A Mickey no le molestaba que Chifuyu llegara tarde, lo entendía y, por lo que Takemichi le había contado, estaba pasando por un mal momento, así que el rubio podía tardarse toda la tarde si quería. Lo que le enojaba era que, Keisuke Baji, su mejor amigo de la infancia no estuviera presente cuando debía haber llegado hace media hora. Si alguien era experto en hacer enojar a Mickey en serio, ese era Baji.

Draken le acaricio el cabello al notar como su pierna se movía más rápido y Mickey se relajó un poco mientras acercaba su mejilla a la mano del contrario, buscando más contacto. El más alto no se quejó y continuo con su labor.

No les importaban las miradas indiscretas porque los susurros de viejas chismosas se habían detenido hace mucho, cuando Mickey, harto de camuflar el cariño hacia Kenchin con jueguitos tontos y de que este se creyera el cuento, había besado a Draken frente a media TOMAN, evitando que el alfa siguiera ignorando las señales y lo tomara en serio de una buena vez.

Desafortunadamente Takemichi no había asistido a tal espectáculo, por lo que su deseo de emparejar a Draken con Chifuyu y entregarlo en el altar siguió creciendo en su imaginación.

Al cabo de unos minutos las caricias del rubio con tatuaje se detuvieron al notar la presencia de alguien más.

Mickey iba a protestar, pero se dio cuenta de quien había llegado. La figura imponente de un hombre alto, con el cabello negro y largo se hizo presente. Takemichi trago grueso y no tuvo que preguntar para saber que era alfa, daba igual o más miedo que Draken.

- Debes tener agallas y una buena respuesta para hacerme esperar, Baji – Mickey hablo como si nada y el beta casi pudo ver su alma salir de su cuerpo

- Sí, sobre eso, me perdí – El omega estaba a punto de golpearlo por su respuesta, pero los fuertes brazos de Draken lo sostuvieron

- Suéltame Kenchin, le romperé la cara, las chicas con las que coquetea dejaran de hacerle caso y llegara temprano

Los presentes allí solo rieron, conocían a Baji y la relación que tenía con Mickey, los únicos que no lo hacían eran Takemichi y Chifuyu. Por ello, el primero seguía aterrorizado por lo que podría pasar. La presencia de dos personas más alejo la atención de la escenita que se estaba armando.

Chifuyu había llegado, junto a un pelinegro con mechones rubios que sonreía y hablaba como si el omega y el fueran amigos de toda la vida, tenía una de sus manos sobre los hombros del más bajito.

- ¡Hey! Miren a quien me encontré en el camino, estaba seguro de que no era el único llegando tarde – Kazutora sonreía de oreja a oreja - ¡Baji! Llegaste temprano – Dijo al notar la presencia del otro

- Tarde, dirás – Corrigió Mickey – Este idiota no sabe lo que es la puntualidad, al igual que ustedes

- Lo siento por eso – Chifuyu se sentía muy apenado y sus mejillas lo delataban porque se tiñeron de un leve rojo, observo a todos y su mirada se detuvo en los intensos y negros ojos de Baji.

Su corazón dio un vuelco y se apretó contra su pecho, observo su rostro con tristeza y cariño, cariño que no sabía que tenía, porque en su vida había sentido tanto afecto y tristeza a la vez. Recordó el sueño que no lo dejaba descansar cada mañana, sus manos manchadas y el cuerpo pálido y frío entre ellos, recordó la sonrisa y su nombre provenir de sus labios y rompió en llanto. Sus lágrimas cayendo cruelmente sobre sus mejillas, no se atrevía a quitar la mirada del contrario porque el temor de que se fuera, de que desapareciera seguía allí presente.

Baji sintió su torso quemar, como si lo hubieran acuchillado, su mano se dirigió hacia su estómago, podía soportarlo, lo que su lado alfa no podía hacer era dejar que el bonito omega siguiera derramando lágrimas, la escena le parecía tan familiar, una en la que quería decirle que todo estaba bien, que él estaba allí, y que dejara de llorar. Quería sostenerlo entre sus brazos y apretujarlo con cariño; algo, que sentía, no pudo hacer en otra oportunidad.

El mundo desapareció para ellos, todo se congelo y en ese momento Chifuyu comprendió que Keisuke Baji era el hombre en sus sueños y la única persona a la que pudo amar en alguna otra vida y también, a quién no pudo salvar.



Hola! ¿Cómo han estado? El Bajitruco se aplazó para este sábado y sinceramente no estoy lista:( En fin, espero disfruten del capítulo y tomen agua, hay que hidratarnos antes y después de llorar:)

I love you forever - Baji x ChifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora