Yuuji no puede dejar de admirar al hermano mayor de su padre. Sus ojos se pasean sobre su musculoso cuerpo, sobre la forma en la que se flexionan sus músculos cuando hace cualquier movimiento.
Sabe que esta mal, que no es normal que sus papilas gust...
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Yuuji no puede dejar de admirar al hermano mayor de su padre. Sus ojos se pasean sobre su musculoso cuerpo, sobre la forma en la que se flexionan sus músculos cuando hace cualquier movimiento. Es tan alto, tan guapo, construido como un sexy tanque de músculos duros.
Sabe que esta mal, que no es normal que sus papilas gustativas saliven cuando ve sus musculosas piernas y esos shorts deportivos que usa cuando corre por las mañanas.
Yuuji sabe que esta mal masturbarse con el deseo de tener su miembro hundido en su agujero. Lo sabe... pero lo desea.
Y si Yuuji quiere algo, sea como sea lo va a obtener.
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Yuuji tenia calor, era verano y lo odiaba. La forma en la que por incluso respirar hacia que bajara sudor por su frente y que se le pegara la ropa.
Pero lo que más odiaba, era la necesidad de tener que encerrarse en su habitación cuando veía a su tío; Ryomen.
El hombre era magnifico. Muy alto, musculoso y con esa cara de matón que lo hacía humedecer su pene cada que lo veía. No sabia como es que había comenzado a gustarle, a tener esos sueños pecaminosos de tener sus grandes manos alrededor de su cuello, o alrededor de su cintura y lo mas importante, el que seguro seria su gran y grueso pene hundido profundo en el culo.
Yuuji pasaba varias noches de la semana con los dedos lo mas profundo en el culo, soñando con que fuera Ryomen quien lo jodiera.
Bajaba la mirada cada que se cruzaban en la casa, pues el hombre vivía con su familia. Su padre; Jin, se la pasaba la mayor parte de su tiempo viajando por negocios, por lo que Sukuna; su hermano mayor y él estaban al cuidado de su abuelo, pero el hombre ya estaba muy viejo para cuidar a un par de adolescentes.
Ryomen era instructor de kickboxing, el mejor que había en la prefectura, por lo que siempre podía verlo sin camisa o en shorts.
Y luego estaba lo sexy que se veía en traje cuando iba a conferencias de deporte. Yuuji se sonrojaba, mordía sus labios y se hundía en la miseria por saber que era algo que no podía tener.
