⚠️ One-Shot +17 Universo sin kosei, realidad del siglo XVIII
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Hace muchos años, cuando la monarquía reinaba y los derechos laborales eran poco comunes, existía un Conde de alta influencia. El nombre de este importante hombre era Shoto Todoroki.
Rico, atractivo, educado, poderoso e inteligente, ¿qué más se podía pedir de un hombre? Claro que las mujeres hacían fila, deseando tener si quiera la oportunidad de coincidir con el Conde Todoroki; que este las mirará ya era todo un alago. ¿Quién llegaría a ser la dama perfecta para este hombre perfecto? Nadie lo sabía, y es que Shoto parecía aún más inalcanzable debido a que nunca se le vio conviviendo con alguna mujer y nunca había mostrado interés en el matrimonio.
Sin embargo, eso es lo que veían las personas de afuera, ya que la realidad era que el inexpresivo y educado Conde escondía muchos secretos. El bicolor no tenía esa personalidad con todo el mundo. Era con una sola persona a quien demostraba su pasión y cariño: Katsuki Bakugou, su sirviente personal.
¿Qué pasó con Katsuki? Se preguntarán. Les explico brevemente; el joven de la familia Bakugou se había visto obligado a dejar su pueblo natal debido a necesitar un buen trabajo. Sin embargo, en la gran cuidad no había conseguido mucho. Fue entonces que se topó con el Conde heterocromático. El mayor quedó deslumbrado por la belleza del cenizo, y no dudó en pedirle que fuera suyo. Katsuki claro que no le agrado la rara atención y se disponía a irse, pero Shoto notó que estaba necesitado de empleo, por lo que lo convenció para trabajar en su mansión por una gran suma.
Así fue como el ojirubí firmó un contrato, satisfecho por el gran monto de dinero que recibiría además de alojo y comida. Sin embargo, fue muy tarde cuando cayó en la cuenta de cual sería su tarea: servir al Conde directamente.
Pero del odio al amor hay un paso, y Katsuki lo cruzo rápidamente después de los millones de cortejos que recibía por parte del mitad albino. Claro que aún no lo admitía correctamente.
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- Katsuki, ¿dónde estás? - expresaba el hombre de cabellera bicolor dejando algunos papeles sobre su escritorio. El Conde se encontraba en su estudio, había estado trabajando hasta tarde. Rápidamente su sirviente principal entró por la puerta tras dar dos golpes de aviso en la gran puerta de madera.
