Destinados. (Ruben y tu).

Mudanza

Debía de ser un día cualquiera. Ya saben, eso de ir a la escuela, salir con los amigos, regresar a casa, hacer los deberes, comer, pelear con los padres y dormir para al siguiente día hacer exactamente lo mismo. Excepto que no lo sería.
En primer lugar, y para que quede claro, no tengo padres. Vivo con mi tía abuela Silveria y nuestra perra "bombón". Mi madre me había abandonado con solo nacer. Mi abuela dice que la muy perra literalmente, después de darme a luz, salió del hospital y jamás la volvieron a ver.
Sinceramente no la culpo, solo tenia 16 años cuando me tuvo, aunque yo definitivamente hubiese abortado. A mi padre si lo conocí pero me duró poco el gusto. Cuando cumplí los 5 años unos hombres entraron a nuestra casa y me intentaron violar, mi padre en un débil intento de ayudarme, hizo que uno de esos hombres lo apuñalara. Una, y otra y otra vez. Para mi desgracia, esta escena se quedaría hasta el final de mis días, o no.
Ahora, con 19 años de edad y a punto de terminar el bachillerato y entrar a la universidad a mi abuela le parecía bien que nos cambiáramos de ciudad, claro si a ______, le pudiésemos llamar ciudad.
Según mi abuela nos iríamos a Madrid. Yo le decía que estaba loca, pero ella no escuchaba, ese había sido su sueño desde siempre, y ahora que la habían pensionado, haría su sueño realidad. Yo, sin embargo, no estaba contenta con la idea. Mis amigos estaban aquí en _____, no podía simplemente dejarlos. Aunque, a quien engaño, no son buenos amigos así que no me importan tanto. Lo único que me importaba eran los recuerdos. Fueran, buenos o fueran malos, los recuerdos son los que te hacen la persona que eres y como te comportas en cada situación.
En este momento miraba al techo blanco, la grieta hecha por el pasar de los años pasaba justo encima de mi. Ciertamente era agradable estar acostada en mi cama sin hacer nada, pero el destino me llamo, bueno, más bien mi abuela.
-______, ya baja. Hoy nos vamos. Espero que te guste la comida del avión por que es lo único que comerás.
Suspire. No había nada que pudiese hacer, así que me levanté, me bañé me vestí y salí de mi habitacion, lista para la mudanza.