Capítulo 9

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Rubén estaba nervioso por la explicación que les dirían a los demás por el retraso, y es que no habían sido unos simples minutos, habían sido horas, tres magníficas horas, lo malo de ellas fue que se evaporaron rápidamente, tanto que ninguno de los dos se dio cuenta de lo que había sucedido. Sin embargo Samuel con su semblante serio y severo al mismo tiempo, dio una excusa que no permitió dudas ni insinuaciones bobas.

El menor terminó de darle a Roberto todas las indicaciones para cuidar a Ricardo, dejándole el número de su veterinario en caso de necesitarlo y al mismo tiempo informándole al doc que su mascota quedaba al cuidado de un buen hombre.

-Jooodeerr, ni mi madre solía dar tantas recomendaciones las noches que salía en cita con mi padre y nos dejaba con la niñera- dijo sorprendió Jesús cuando Rubén ingresó en una minivan que los llevaría hasta el lago.

-¿Creen que exagero mucho?- preguntó un poco avergonzado el rubio- Ricardo es lo único que tengo aquí en Andorra, supongo que exagero con la sobreprotección- respondió con calma.

-Ya déjenlo tranquilo- dijo Samuel subiendo a la van y cerrando la puerta- seguro que Rubén quiere a Ricardo más de lo que tu madre te quiere a ti, tontito- agregó divertido mirando a Jesús quien le sacó la lengua ante el comentario.

-Hey eso fue muy cruel De Luque- le reprocho divertido Herny- no te preocupes Jesús, si tu madre no te quiere tanto yo te querré por ella- dijo abrazándolo.

-Ya, Herny quédate quieto... que vergüenza- decía alejándolo.

-Y tú Rubius, no debes preocuparte, ahora nos tienes a nosotros y a Vegetitta también- agregó con su característica risita, abrazándolos a ambos logrando que se acerquen entre ellos.

-Gra~ gracias- musitó.

El mayor se zafó del agarre aplicando cierta fuerza- ya pesado ¿Qué pasó con Lexosi y Arsilex?- preguntó mirando a sus amigos.

-Ya podemos irnos Dante- dijo Jesús avisando al chofer que aguardaba en el asiento del conductor poniéndose en marcha- primero debemos ir por ellos a la estación y partimos hacia el lago, Elyas estará esperándonos ahí- le informo al mayor.

-¿Cuánto tardaremos?- preguntó Rubius.

-Mmmm unos treinta o cuarenta minutos, el lago no está muy lejos, tardaríamos unos quince minutos pero debemos desviarnos por Lexo y Arsi- Herny se acomodó nuevamente en su asiento mientras la van estaba en movimiento.

Miraba por la ventanilla, como si estuviera descubriendo el mundo y la belleza de Andorra por primera vez. Algo que el mayor, a su lado, notó. Era la primera vez desde que terminó el instituto que salía de viaje con amigos. Los últimos años no habían sido muy felices para él y ahora, parecía que la vida le estaba dando una nueva chance de hacer las cosas bien. Aprovecharía ese fin de semana y se divertiría mucho, esa sería su meta.

Pasaron por la estación para recoger a los otros dos invitados, estaba bastante nervioso y cuando los conoció se dio cuenta de que los nervios estaban de más, ambos eran igual de amables y divertidos en persona como en línea. Lexosi era igual de escandaloso que Herny o quizás un poco más. Entre ellos se sentía extrañamente en familia, como si se conocieran desde siempre, era sencillo reír y bromear con ellos. Samuel, al ser el más serio, era el blanco de los chistes, obviamente el enojo del mayor era fingido y Rubén notó lo mucho que le gustaba que Sam les dijera "tontitos" a todos.

Entre risas comenzaron a ver como los arboles iban aumentando en su número y no paso mucho tiempo antes de ver el gran lago de Engolasters. Era la primera vez que sus amigos visitaban el lago, a excepción de Samuel quien ya había visitado el lugar anteriormente con su padre. Como aún no anochecía todavía había muchas personas paseando por los alrededores, la minivan continuó un poco más adelante hasta casi el final del lago, donde la gente ya no paseaba con frecuencia.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora