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El viernes Yoongi asiste al salón de instrumentos como tan acostumbrado está, afinando detalles en la melodía de la que está tan orgulloso, pero que cuya letra no le hace justicia aún. Kimma y Lena le acompañan e intentan ayudar con un par de rimas que podrían quedar bien si tan sólo Yoongi lograse concentrarse lo suficiente.

—Bien, sólo una vez más —advierte Kimma—. Estoy agotada, Yoongi. Me duele la garganta.

—No hemos terminado. —Mira el reloj en su muñeca—. Y son las siete.

—Estamos aquí de forma ilegal y tú enfatizando la hora.

—Tenemos que terminar esto para presentar algo decente, a ver si tenemos siquiera una oportunidad de participar.

—Estoy de acuerdo con el chico —comenta Lena desde su asiento.

Kimma blanquea los ojos y tras un largo jadeo acepta el regaño y pone sus cuerdas vocales a la obra. Con el pensamiento, Yoongi pasa las notas y al mismo tiempo recrea una letra que ha recreado al menos veinte veces en menos de una hora. Se detiene en seco con frustración y Kimma vuelve a jadear exasperada.

—Por favor —reclama.

—Sólo es un detalle —masculla Yoongi.

—Estoy cansada. Si quieres que me quede sin voz antes de la presentación, bien por ti.

Yoongi frunce los labios.

—Última vez —suplica—. Prometo no cambiar nada más. Por favor, por favor, por favor.

—Bien.

Kimma toma el cuaderno de Yoongi, se pone de pie tomando un largo respiro y luego aclara su garganta para dar a entender que está lista. Él inicia la melodía, esperando, como siempre, que las notas musicales le besen las mejillas para que sus amigas puedan presenciarlo. Se los ha contado tanto, pero las notas no aparecen y Yoongi se frustra, se siente despechado. Al menos, es el primer ensayo correcto que tienen para su gusto, y Lena aplaude y chilla como sólo ella sabe hacer. Esa timidez con la que le ha conocido se ha esfumado por completo. Lena es más extrovertida de lo que aparenta.

Por un instante Yoongi piensa en Jung Hoseok, quien ha de estar en la sala de espejos rompiéndose el lomo tanto como él.

—¿Tú no deberías ensayar? —cuestiona hacia Lena.

—¿Ensayar qué? Todavía no formamos los equipos. Que Hoseok sea autoexigente no es culpa mía.

Aquella noche, al llegar a la puerta de entrada del internado, el guardia de la universidad detuvo a Hoseok. Yoongi iba a esperarlo, pero el aludido le dijo que podía irse sin problemas. Sin rechistar lo hizo. No eran asuntos en los cuales se pudiese meter.

Hoseok y él se saludan cuando se topan en los pasillos de la universidad. Cuando se topan en los pasillos de los dormitorios. Y cuando se topan de camino a sus ensayos clandestinos. Pero nada más. Yoongi cree que Hoseok está demasiado ocupado para dirigirle más que una sonrisa.

Kimma deja el cuaderno de Yoongi en sus manos y camina a sentarse junto a Lena, fingiendo un agotamiento feroz. Mientras tanto, él pasa las páginas para releer lo que ha escrito el sábado anterior:

Una estrella que está en la tierra,

la primera que no ha renacido,

pues pertenece aquí.

¿Podré algún día brillar así?

Debajo ha anotado: astronómicamente inexacto para buscarlo después.

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Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora