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Los murmullos no paraban de escucharse en los pasillos del instituto. Estaba en boca de todos, el cuerpo de un nuevo estudiante había sido encontrado en la azotea, pero está vez, venía con un culpable.

Hoshida Tamako de 1er año, la muchacha afirmaba que ella no había sido la culpable a pesar de que todas sus huellas se encontraban en la escena del crimen. Afirmaba que, en cuanto Suzumi Hana (la víctima) le había acompañado a la azotea para cumplir con la última misión del reto, habían sido inesperadamente atacadas por un monstruo en forma de mujer. Alguien que aparentemente llevaba el cabello recogido con un prendedor de gerberas y una katana con una guarda de fuego.

—El símbolo de fuego pertenece a la Familia Rengoku, es imposible que esté diciendo la verdad—

Fue uno de los comentarios al aire que recibió Toujuro aquella mañana. Que la víctimaria mencionara indirectamente a sus familia podría verse afectado su participación en las nacionales y el funcionamiento del Dojo familiar. Por lo que debía ser cuidadoso a la hora de responder las preguntas de algunos curiosos.

—No te parece que la descripción es igual a esta chica nueva. Fuji-san —

La mención de Meiko lo hizo espabilar, la descripción concordaba con ella y su presentación en el instituto había sido solo unos días antes. Observo el asiento de la peliazul que, en esos momentos se encontraba vacío. Se las había arreglado para distanciarse de él, durante casi una semana. Pero ya no dejaría pasar más el asunto, decidió que ese día iba a encararla en busca de respuestas, necesitaba saber quién era «Marion» y porque ella se había comportado de manera tan extraña en cuanto menciono aquel nombre.

No había parado de decirlo desde ese día e incluso creyó que, incluso dormido, lo susurraba. Se sentía bien cada vez que sus oídos lo escuchaban. Era un nombre bonito, sencillo y extranjero. Se preguntaba en dónde lo había escuchado antes. En algún sueño? Su madre alguna vez lo menciono? No lo sabía y eran cosas que necesitaban una respuesta con urgencia.

Su mente volvió al presente cuando observo al mismo chico de lentes acercarse a su puesto, de la misma manera en que lo había hecho cuando encontraron el cuerpo de la otra víctima en el área de deportes. Puso los ojos en blanco cuando se dió cuenta que volvería a sacar el tema a la luz. Es que no se cansaba de hablar de ese tipo de cosas?. Sumihiko parecía estar de acuerdo con su interrogante, pues dejo de estar recostado en su pupitre en cuanto el chico estuvo cerca.

—Mi hermano dice que van a hacer un estudio a ver si Hoshida está relacionada con la primera víctima— Sumihiko hacía las veces que escuchaba mientras dormitaba en su asiento, su interés en el tema era nulo. Toujuro no dejo de mirar el puesto vacío de Meiko, queriendo fervientemente ignorar al chico de lentes. No quería admitir que ahora que la chica nueva era parte de su interés, le ponía nervioso los rumores sobre los retos de valentía. Ella sería incapaz de hacer algo así, o si?. Sumihiko se acercó a su pupitre con un semblante contraído, posiblemente disgustado como él sobre el tema que de estaba tratando.

—Hay que decirle a Yoshiteru que acompañe a Toko hasta la casa—  menciono algo preocupado el descendiente de Tanjirou.

—Kanata suele hacer ese trabajo... Y conociendo a Toko, no creo que sea de las chicas que haga estúpidos retos de valentía— respondió el bicolor para tranquilizar a su amigo. El joven Kamado asintió, como si la idea ni siquiera se le hubiera ocurrido. Toko tenía un carácter fuerte e independiente, por lo que no solía llevarse por lo que decía los demás. Sumihiko bostezo al poco tiempo, cuando ya el chico de lentes les había dado la espalda. Pero antes de que pudiera volverse en su asiento para descansar, Toujuro le interrumpio— Crees que Meiko sea capaz de hacer algo como eso?—

Corazones en LlamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora