everything will glow for you

"Buenos días príncipe jack, el desayuno está listo" la cantarina voz de niall junto con unos ligeros golpes sobre la puerta de madera es lo único que se escucha por el gran pasillo a las 7:00 am.

Llamados que no fueron contestados por la persona dentro de la gran habitación, cosa que hizo preocupar a los dos miembros de la servidumbre detrás de esta.

Rápidamente abrieron la gran puerta, encontrándose con la gran cama intacta, tal como lo estaba la noche anterior, pero sobre uno de libros en la mesita de noche se encontraba una carta, la cual estaba perfumada con el exquisito aroma de la colonia que habitualmente sólo el príncipe jack usa.

"Mi matrimonio con el rey Louis Tomlinson es algo que no deseo, por lo que he decidido cancelar la boda y huir. Lo siento.

-Principe Jack"

"Oh no" dicen al mismo tiempo ambos chicos.

Y bien, ahora todo está en manos de liam y niall, para traer de regreso al príncipe jack sin que la reina se de cuenta de la desaparición del menor de sus hijos.

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"La vida no es fácil, pero nunca te rindas" esas son las palabras que harry siempre escucha de parte de gemma, su hermana mayor y compañera de trabajo.

Ambos son huérfanos desde muy pequeños y fueron 'adoptados' por madame claudette, una mujer desalmada y arrogante que cuando tuvieron la edad suficiente los puso a trabajar día y noche fabricando vestidos y trajes elegantes para ser vendidos en su boutique.

Trabajo que nunca les ha sido pagado, ya que según madame claudette "¡Yo los he criado, así es cómo van a pagarme todo lo que he hecho por ustedes!".

Los hermanos Styles tienen sueños y aspiraciones, que se ven lejanos gracias a que pasan la mayoría de sus días encerrados en una pequeña habitación, rodeados de telas, hilos y agujas, confeccionando ropa que ni con 50 años de trabajo podrían pagar.

Harry es un chico soñador, le encanta pensar que tal vez algún día será un gran cantante, tan reconocido que irá a los más hermosos palacios a cantar ante la realeza.

Pero por el momento su único público son las personas que lo escuchan cantar en el gran mercado del pueblo, lugar al que harry va dos veces a la semana, días en los que madame claudette lo deja salir para que realice la compra de los alimentos.

Se siente libre y feliz cada vez que canta ante la gente, se siente libre de la presión y olvida todos sus problemas, ansiando el día en que por fin logré juntar el suficiente dinero para que su hermana y él puedan salir de la esclavitud de madame claudette.

Hoy es uno de esos días, en donde se cubre desde la cabeza a los pies con una capa, solo dejando su rostro a la vista. coloca un pequeño recipiente de metal sobre el piso y se deja llevar, cantando desde lo más profundo de su corazón, sin prestar atención a la gente que pasa a su lado o que se detienen para dejarle una moneda.

"¡Príncipe jack!" los gritos lo hacen detener su canto, pues quiere averiguar qué es lo que sucede. Mira a su alrededor, buscando cualquier señal de que ahí se encuentra el príncipe, pero lo único que encuentra es a dos chicos castaños frente a él, quienes lo ven con una mirada de reproche.

"¿Qué hace aquí, majestad? Nos tenía tan preocupados, no sabíamos qué decir a los reyes" dice el chico más alto y fornido, mientras se van acercando un poco más hacia él.

Harry, aún incrédulo, voltea a ambos lados y hacía atrás de donde se encuentra parado, buscando al príncipe antes mencionado.

"Majestad, debemos de volver al palacio, su prometido no tarda en llegar y usted tiene que estar presente para conocerlo" dice esta vez el otro chico.