Capítulo 20

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The bitch is back

Kai Parker

De que me sirve la vida si no estas tú en ella.

Mi ego quería conservar un poco de dignidad, pero era imposible—¡Dijiste que morirías por esto!—le grité cuando piso el primer escalón para llegar a la puerta y regresar a la fiesta—Dijiste que lo intentaríamos las veces que fueran necesarias hasta hacerlo funcionar—se detuvo más no se dio la vuelta y enloquecido por su silencio continué con mi arrebato—Yo moriría por ti _______.

Giró un poco su rostro mostrándome su perfil perfecto—Es una pena, porque yo no moriría por ti— contestó cortante y llena de sarcasmo.

Su respuesta me dejó helado en mi lugar, y con el corazón en la mano se marchó resonando sus tacones sobre el costoso mármol. Me acababa de devolver el corazón pero ¿Qué hacía yo con algo que ya no me pertenecía?

Mi vista se volvió borrosa y perdí de vista su silueta entre las personas en el lugar...

Estaba sentando en uno de los sofás de la casa de Damon, mis pensamientos estaban dispersos, quería una explicación, una verdadera porque ni de chiste me tragaría ninguna de las palabras que me había dicho antes.

—Ninguna de sus palabras era de verdad—le comenté a Damon meneando el trago de bourbon que me había servido —La conozco.

Damon estaba frente a la chimenea con la mirada perdida en las llamas que consumían la leña, le dio un sorbo a su trago y entonces habló—No lo sé—lo mire con atención, la duda crecía en mi, Damon debía saber algo era seguro—No es la misma persona Kai, no es quien conociste—se quedó con los labios entreabiertos y luego frunció el ceño —Esta noche no vi a mi mejor amiga... Vi a la oscuridad comprometida con el diablo.

—Descubriré la verdad Damon—sentencié terminando mi trago—Cueste lo que cueste.

*Seis meses después*

_________ Petrova

Île de la Cité, París, Francia

Después del día de la fiesta Klaus me había sacado de América, habíamos permanecido en París mucho más tiempo que en las otras ciudades, el original estaba en busca de algo que no me decía y tampoco me interesaba mucho, tenía mis propios asuntos y distracciones.

El interés por la magia crecía en mi con cada vez más fervor, era mi intuición la que me llevaba hasta lugares antiguos bastante lejanos, con escondites secretos que resguardaban particulares libros de magia y piedras con energías raras. No tomaba nada, no era lo que buscaba podía sentirlo, aunque tampoco sabía específicamente que buscaba, pero sabía que nada de lo que había encontrado hasta el momento me era útil.

Vaya cosa

Apagar mi humanidad había sido la decisión más inteligente y entretenida que había realizado en un largo tiempo, era el soplo de vida que necesitaba mi monotonía.

Con Malachai lejos, el ego de Klaus se había disparado en niveles abismales, estaba complacido, no tenía a una sumisa pero si con quien ser un desastre, éramos dos inmortales sedientos de sangre con ganas de conquistar el mundo.

Nunca digas nunca ||Kai Parker y tú || [ +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora