Parte única.

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Definitivamente los años pasaban en un abrir y cerrar de ojos. Que ni cuenta te dabas o siquiera lo notabas, hasta que reflexionabas sobre ello.

No se sentía orgulloso de sus acciones pasadas, en absoluto. Aunque tampoco buscaba que lo perdonaran porque, no lo merecía y de alguna manera, prefería cargar con ese remordimiento y a su vez, enmendar los daños.

En este caso, cuidar responsablemente de su hijo: Megumi.

Quien de ser un niño, se convirtió en un adolescente del que podía sentirse orgulloso (y que lo más probable, su difunta amada y madre de Megumi, sintiera el mismo orgullo o más). Pues a pesar de su personalidad seria y callada, era un buen chico.

(No contemos su secundaria).

Que a pesar de haberse rodeado de raritos –una loca y un idiota–, estos parecían hacerle bien y sacar lo mejor de él. Pues aunque su pequeña esperanza quisiera hacerse el duro, Toji se daba cuenta de la manera en la que sonreía era genuina; y se notaba el aprecio que les tenía.

Su hijo, era un cursi de clóset. O eso al menos pensaba con burla.

...Aunque él, a veces no podía evitar sentirse viejo al ver a Megumi en camino a ser un adulto. Sintiéndose horriblemente nostálgico, tal vez producto del envejecimiento.

Sin embargo, mientras él tuviera fuerzas, él siempre seguiría cuidando de su esperanza.

- ¡OYE, QUÉ HACES? – preguntó Megumi alterado, al ser alzado repentinamente por Toji (sin esfuerzo), poniendo cierta resistencia al apoyarse con su derecha en su cabeza.

Aunque su esperanza se estuviera volviendo un grosero y rebelde. Posiblemente, producto de ser joven.

-... Definitivamente, estás viejo, Megumi – comentó Toji, con una sonrisa sincera.

(...Posiblemente, él también era un cursi de clóset).

-Traumada Taisho

Definitivamente, estás viejo  [Toji & Megumi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora