Il Fantasma Notturno - Parte Uno

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01 de abril de 2016

El día estaba lo suficientemente despejado, con alguna que otra nube adornando el cielo azul con un Sol intenso.

Matt Barrens estaba incorporándose de pie en su propia habitación, adornada con distintos posters de fútbol soccer.

Lo primero que hizo una vez de pie fue dirigirse al lavamanos para despertarse por completo. Listo para otro día de trabajo, ahora que finalmente había cumplido la mayoría de edad un mes y medio atrás aproximadamente.

En cuanto logró despertarse por completo, enseguida comenzó a vestirse con el uniforme adecuado para ir a trabajar en un restaurante de comida rápida cercana a su hogar. Un lugar donde se dedicaban a vender hamburguesas únicamente.

El salario que él ganaba ahí era bastante decente como para ayudar a su madre en los gastos económicos y así poder sobrellevar los gastos económicos que implicaba su hermana menor, Isabel.

Ésta última mencionada ya tenía dieciséis años, y dentro de cinco meses estaría cumpliendo los diecisiete. Razón suficiente para que su forma de pensar siguiera siendo la de una adolescente quejumbrosa en querer todo lo que ella pidiera.

En fin, dejando de lado aquellos detalles, Matt terminó por salir de su habitación para dirigirse al pequeño comedor junto a su madre y su hermana, quienes estaban desayunando ese día waffles.

—Buenos días, Matt —saludó su madre.

—Buenos días, mamá.

—Siéntate, que se están enfriando los waffles —le avisó su madre.

Acto seguido, Matt tomó asiento y comenzó a desayunar.

Para él su rutina estaba marchando de forma normal. Un ambiente relajado entre la familia. Libre de aquella experiencia horrorosa en Funny Landy acontecido casi un año atrás.

—Diez días —soltó sin querer Matt.

— ¿Cómo dices hijo? —preguntó la señora Barrens.

Pronto Matt se dio cuenta de que había hablado de más respecto a sus propios pensamientos, razón por la cual no tuvo alternativa más que tocar el tema al respecto.

—Decía el número de días que faltaba para que se cumpliera el año de aquella noche desastrosa —respondió enseguida Matt.

— ¿Te refieres a la fiesta de cumpleaños de tu amiga April que resultó ser una matanza brutal? —preguntó en esta ocasión Isabel, quien estaba al pendiente de su teléfono celular.

— ¡Isabel! —soltó escandalizada la señora Barrens.

—Justamente ese día —habló en esta ocasión Matt—. Sigo sin creer que ya haya pasado casi un año desde aquella noche.

—Y yo te recuerdo que es una bendición que tú hayas sido de los pocos afortunados en vivir —intervino en esta ocasión la señora Barrens—. ¿Tienes idea de las probabilidades de haber salido con vida de ahí dentro?

—Sé muy bien lo que intentas decir mamá, pero aun así es inevitable no olvidar aquello —repuso Matt mientras daba un bocado a uno de sus waffles.

—Pues deberías de hacerlo, así como lo hicieron tus amigos —comentó la señora Barrens.

—No puedes estar segura de ello —habló molesto Matt.

— ¿Por qué no? —también la señora Barrens estaba alzando la voz.

—Porque desde aquel día en que nos mudamos, no he vuelto a tener contacto con ninguno de ellos. Ni Jacob. Ni Freddie. Ni Michael. Ni April —respondió alterado Matt—. Ni siquiera Max, quien ahora es famoso por haber sido el responsable de dar fin a aquel horror sembrado por Funny Landy.

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