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Capitulo 3

¿Desde cuando las sombras son tan amigables? 

               MOLLY 

Corría.

Corría tanto como mis piernas me lo permitían.

Estaba oscuro y no veía absolutamente nada, y lo peor del caso es que no puedo tomar mi celular de la bolsa del pantalón, bueno en realidad si puedo, pero no parare, solo porque mi visión sea nula, me dirigía en dirección al bosque, guiándome por las tres luces que vi en la ventana, estas ya estaban bastantes alejados de mi.

No puedo creer lo que estoy a punto de hacer, -adentrarme al bosque de noche, con esto demuestras lo inteligente que puedes llegar a ser Molly- siendo totalmente sincera, no se ni porque me encontraba siguiendo a las siluetas, bueno mejor dicho a los tres puntos de luz que aun alcanzaba a ver.

No llevaba abrigo, la peor decisión de mi día, o talvez la segunda mala decisión, no tenía tiempo de parar y revisar en la mochila si tenía alguna manta, pero se que no pasaría, porque justo cuando apresuradamente la tome y saque algunas cosas, ahí iba la manta, y pensarán, porque no tomaste el abrigo del perchero, bueno, la verdad no lo había pensado hasta ahora, y también está el hecho de que posiblemente cuando pase la abuela por ahí, note que no le hice caso, y se enfade conmigo.

No entiendo, porque salí aun sabiendo que el camión de mudanza llegaría pronto, pero calculo que no llegara hasta que encuentre a las personas con linternas, y si no es así, le enviare un mensaje de texto a mama diciendo que me encuentro cansada, y dormiré toda la noche, listo, les digo que con eso se lo cree, se lo mandare luego, ahora no tengo tiempo.

Oficialmente, me encuentro rodeada de árboles, unos grandes, pequeños, algunos talados, veo demasiadas ramas en el suelo, algo natural supongo, yo nunca fui muy amena a la naturaleza, prácticamente crecí en una ciudad, y lo único de verde que veía eran las plantas artificiales que vendían en los supermercados como decoración, así que, si, jamás había pisado un bosque real, probablemente me pierda, espero que llegue la señal hasta aquí.

Disminuí la velocidad de mis pasos, tampoco quería hacerme notar tan pronto, y también porque ya me estaba cansando un poco , yo no suelo correr tan seguido, es tan agotador.

Sabia que iba a suceder, perdí el rastro de las linternas, pero, esta bien, yo puedo llegar hasta ellos, había desarrollado una impresionante intuición para no perderme en lugares que no conocía, no tengo ni la menor idea de como lo hago, pero me ha salvado unas cuantas veces, una de esas fue en el centro comercial cuando tenía nueve y Dylan cuatro, estabamos en un lugar donde habían juegos, y no me di cuenta cuando el y Minnie se fueron, en vez de ir con ellos termine persiguiendo por todo el lugar a una pelirroja que no era mama, igual y los encontre al final.

Ahora es el momento justo para usar mi celular, no voy llamar a mama si eso pensaban, ya tengo diecisiete años para hacerme responsable por mis acciones, igualmente le voy a escribir lo que tenía pensado, ilumine mi alrededor con la luz de la pantalla, decidí no encender la linterna, camine ahora con paso apresurado – teniendo cuidado de no pisar ninguna rama - al oír voces provenientes de mucho mas adentro del bosque.

-Se enteraron que la familia de la señora lo tengo todo y soy perfecta, vino hoy -Escuche la voz de una chica, tenía un desacostumbrado acento.

-Si, eso escuche, espero y no sean iguales como todos los que han vivido en ese lugar-Esta vez fue un chico.

-Gen le dijo a Seiji, y él me dijo a mí que hay un niño de aproximadamente la misma edad de la niña, me conto que es super irritante, también había una chica de más o menos nuestra edad, probablemente sea igual que la abuela, molesta, con una voz chillona que te da ganas de tomarla del cuello y no soltarla, suficiente tenemos con Rachell -Hablo otra chica con tono al que pude diferenciar como molestía, están hablando de nosotros, más específicamente de mi.

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