¹

1K 75 198
                                    


Kim Taehyung no podía creerlo. Lo cual, dada su tan cuestionada profesión, era algo que decir. Por favor, él era adepto a lo paranormal, lo que mal llaman un cazafantasmas. Y, aun así, cuando abrió la puerta no esperó encontrarse a...

–Jeon Jungkook –sonrió con las mejillas coloradas y tensas por la sorpresa–. Bienvenido, gracias por tu aplicación, esperamos puedas ofrecer nuevas visiones al grupo.

Detrás de él, Kim Seokjin bufó una risa y arrastró la silla para hacer espacio en la mesa redonda. Lee Jieun, por el contrario, no reparó en la interacción y continuó leyendo.

–Anda, Tae, déjalo entrar ya.

Para vergüenza suya, Taehyung notó que aún estaban de pie en la puerta y con las manos unidas. Para horror también notó cómo la sonrisa de Jungkook ganaba fuerzas.

–Gracias por esta cálida bienvenida –respondió Jungkook, pasando junto a él y empujándolo con el hombro–. Y espero ser una adhesión productiva al grupo.

No resistió rodar los ojos, captando tardíamente cuan infantil se portaba. Pero este era el mismo Jeon Jungkook que desertó sobre fantasmas y un montón de mierdas científicas. De hecho, dada la creciente popularidad del Seúl Ghost Club, que tuvo un reportaje en una revista de distribución nacional, Jungkook dirigió a ellos su primer artículo. Con una especial dedicación a Ghostly, fuente de inspiración en el camino de hallar la verdad y nada más que la verdad científica. Así firmó Taehyung su entrevista. Y las primeras cartas que compartió con Jungkook.

–¿Te importaría comentar el caso otra vez, Ji? –preguntó Seokjin y su voz se perdió en un bostezo que no ocultó.

La chica sonrió a su novio. Jungkook ocupó el asiento libre, mientras Taehyung iba por otra silla a la cocina. Un poco se arrepintió de prestar su apartamento para las reuniones del club, porque era apenas una caja de zapatos con muebles recolectados de ventas de segunda mano. Aunque al volver y unirse a la mesa, percibió que Jungkook no se fijó en ello. De hecho, solo se fijó en él y esto, para alguien como Taehyung que se sonroja con espantosa facilidad, era un problema.

–Estaremos en S., hay reporte de al menos cinco casos situados en la vieja aceitera –miró a Jungkook, que por fin despegó sus ojos de él para verla–, los testimonios coinciden en su mayoría, a excepción del reporte de un joven que acusa la manifestación de un pariente recientemente muerto al que nunca le devolvió el dinero prestado.

–¿Puedo leer las denuncias?

La petición no extrañó a nadie. Era obvia la curiosidad del muchacho. Así como la de todos por este. Y es que Jungkook era, a palabras de Taehyung, un cerebrito, ¿qué iban a esperar de su estampa? Lentes, ropa anticuada cubriendo un cuerpo escuálido y desgarbado. Sin embargo, este prejuicio estético se vio aplastado por la pinta grunge con que se presentó el científico: camiseta negra ajustada a un cuerpo ejercitado y unos pantalones de jean rotosos que a Taehyung le remitieron a los conciertos de Sanulrim. Si le preguntaban, Taehyung no creía que esto era apropiado para una reunión, no si quería dar una buena impresión. Pero esto era algo que diría porque él lleva camisa abotonada hasta el ridículo, el cabello engominado y unos pantalones de cachemira que lo hacen parecer a él el típico cerebrito y no el espiritista.

–Adelante, iremos por café –dijo Jieun, Seokjin la siguió. Taehyung supo que iban a besuquearse a la cocina.

Era un noviazgo asqueroso, si le preguntaban. ¿Por qué nadie le preguntaba? Bueno, está mintiendo. Hay alguien que le pregunta qué piensa, qué opina y qué le parece. Aunque ahora está concentrado leyendo y asiente sin ver a los dos que se van. El movimiento, descubre Taehyung, logra que el cabello largo del chico caiga hasta su rostro. ¿Qué son esas greñas? Quiere preguntar, pero no es irrespetuoso. Aunque no evita ver a un lado, a la pila de papeles sobre la mesilla esquinera, y da con la foto de Jungkook con el cabello recortado. Tal vez de cuando hizo la milicia, ¿habrá hecho la milicia ya? No lo sabe, por lo pronto, se queda en silencio absorbiendo el gesto de concentración del muchacho.

Ghostly [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora