Epílogo

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Ha pasado unas tres semanas desde que todo se había quedado tranquilo, ahora tanto humanos como furry estaban en paz aunque muchos de estos decidieron irse lejos de los humanos a otros lugares en donde puedan estar en paz así que estaba claro que no volverían a verse algunos amigos, vecinos, etcétera.

—una lástima que se tengan que ir, quiera saber más cosas de ustedes— dice Alzer

—si pero quedarnos sería problemático para ti, además prefiero a mi hermana lejos de esos sujetos que le gusta el furry— dice Alex

—buen punto, entonces es un adiós— comenta el inventor de pelo blanco —hasta siempre pequeñas bolas de pelo—

Por otro lado Teo estaba con Sune la cual también está por marcharse, ya que luego de que Teo le dijera sobre qué habría riesgo de que los humanos fueran tras su secreto ella decidió irse. Ambos están en una banca para decir adiós

—ojalá vinieras conmigo— doce Sune algo triste

—me necesitan mucho— Teo le da su arma de plasma a Sune —se que eres capaz de defenderte, así que ten esto como un recuerdo de que puedes hacer cualquier cosa—

—gracias Teo— ella toma el arma y luego le da un beso en la mejilla antes de irse —sigue siendo una buena persona—

Tras todo el chico recoge su mochila y comienza a caminar por las calles de Vento hasta que se topa con Gwen en un callejón.

—supongo que te debo el dinero por tus servicios— Teo suspira y saca un fajo de billetes de su bolsillo del pantalón

—¡¿100 dólares?! ¡¿Es una puta broma?!—

—ten la mochila, dentro tienes más de 80 000 dólares, es lo menos que puedo dar— contesta Teo mientras le entrega su mochila —así podrás conseguirte lo que quieras, ahora necesito irme a casa debo darle de comer a Lucí—

Gwen esta algo ida por la cantidad de dinero, pero reacciona

—gracias Teo, no sólo por mi pago, si no por lo de esa vez en casa de tu padre— dice la loba mientras se ruboriza y abraza la mochila ocultando su rostro —te lo agradezco mucho, y lamento ser grosera esa noche—

—por supuesto, puedes irte si quieres, ya termino tu trabajo— responde Teo

Gwen se siente algo triste —si... Nos vemos... Omega—

La loba mira como el humano, poco a poco comienza a correr hasta perderse de su vista, esta suspira y se retira también, mientras que Howard miraba todo desde lo alto de un edificio. Y tras un poco de pensamiento se le ocurre algo.

(...)

—¿dónde está Howard? Pensé que estaría aquí para comer algo— pregunta Alzer

—por esta vez, estoy de acuerdo contigo no sé adonde se metió— en eso mira a Howard —¡oye estamos por acá!—

—lamento la espera, estuve ocupado con algo importante— dice el chico de cabello marrón

—espero que no sea otra de tus cosas raras que sueles hacer— dice el inventor algo molesto —te recuerdo que esto es ciudad—

Luego de un breve silencio, Howard sigue hablado

—tengo un nuevo integrante para nosotros, y nos a ser útil—

—¿quién?— pregunta Teo

—hola idiota—

Alzer y Teo miran que el nuevo integrante oficial de Omega es Gwen la cual tenía una sonrisa además de que traía consigo la mochila de dinero.

—espero no les moleste que este con ustedes para siempre—

—¿algo que te llamara la atención para unirte?— pregunta Teo

—la verdad creo que me voy a divertir jodiendolos a los tres— dice Gwen con una mirada desafiante

Humanos o Animales (edición 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora