Preston llegó al último escalón de la mansión y se encaminó por el pasillo principal, sus pasos resonaban por todo el lugar haciéndolo un poco sombrío.
¡Maldita sea! El lugar era lúgubre sin importar lo que hicieras, como lo pintaras o decoraras. Odiaba la casa del concejo.
Prefería la pequeña cabaña de sus padres y hasta la mansión de su abuelo, este lugar le recordaba la masacre que presenció de cachorro.
Aún recordaba claramente la sangre en el suelo de los antiguos miembros del concejo y los enemigos que no pudieron hacer nada contra su padre.
Estúpidos seres que creyeron que podían derrotar a Orión. Su padre lo aplazó durante años, pero al final tuvo que ceder y empezar a vivir en este lugar, a veces temía por sus padres, luego recordaba lo ridículamente fuerte que eran y se relajaba.
—Preston —murmuró Ritz con una sonrisa.
Su padre se veía como el primer día, pelo rojo desaliñado que heredó y ojos grises. Preston lo abrazó y escondió la nariz en su cuello, el aroma de su padre siempre lograba calmarlo no importaba qué.
—¿Pasó algo?
Ritz se escuchó preocupado y comenzó a buscar alguna señal de herida, Preston se rió dejando salir sus caninos, aún se sorprendía de lo sobreprotectores que podían ser.
Tener dos padres Alfas no era muy divertido.
— Estoy bien, Pá — dijo aún contra su cuello, Ritz se relajó y acarició su espalda —. Sólo estoy tomando un poco de suerte.
—¿La necesitas?
—Voy a ver a papá ¿Qué crees? —Ritz suspiró sonoramente.
—No pudiste hacerlo.
Preston se encogió, él no era como su hermano, no podía ser un asesino sin importar el terrible pecado cometido por el cambia-formas al que rastreaba. Al final Mark siempre terminaba limpiando su desastre y estaba cansado de eso, sólo quería ser normal, lo que sea que implicase para un cambia-formas puro.
—Está bien, no importa, no es lo único que puedes hacer.
—Díselo a mi padre.
—Tu padre es un idiota a veces —Ritz se separó y torció los ojos, Preston arqueó una ceja.
—Pá.
—Iremos juntos —dijo con una sonrisa, Preston no estaba muy seguro de ello, no quería que sus padres pelearan por algo tan absurdo como esto.
—Espera... —Ritz se encogió de hombros.
—¿Qué es lo peor que puede pasar?
—¿Que peleen?
—Tengo varios métodos de reconciliación, no te preocupes por eso —confesó subiendo las cejas coquetamente—. ¿Cómo crees que lo convencí de que caminara hacia mí en nuestra boda?
—Qué asco —gruñó, Ritz le dio un golpe en el hombro antes de entrar en la sala principal de la mansión donde se suponía que estaría su padre.
—Nenaza, no seas delicado.
Orión los miró desde la esquina de la larga mesa donde estaba sentado y al instante sonrió, su cabello era tan rubio como el de su hermano y los ojos azules igual que los suyos. Ambos eran una mezcla de sus padres, pero Preston se parecía en actitud a Ritz.
Orión se levantó y lo abrazó, Preston se puso rígido entre sus brazos y su padre suspiró captando lo que había en su cabeza.
Tener un padre con exceso de poder no te dejaba muchas opciones, Orión siempre sabía lo que había en tu cabeza a no ser que te protegieras contra ello. Ritz y Mark aprendieron, ¿él? No tanto.
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Predestinados III: Lazos de Magia
Algemene fictieLos magos siempre fueron enemigos natos de los lobos y eso no cambió ni durante la guerra contra los humanos. No importa el tiempo, o los acontecimientos, los magos eran molestos y orgullosos. Preston no entendía por qué su padre estaba tan intere...