Toda historia , necesita donde empezar

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Se abre una puerta grande de madera lentamente.
-hola cariño que tal-?
Mi madre se detuvo a verme y comenzó a arrodillarse.
-mi vida, que te pasó? Fueron esos niños otra vez?
-si Ma, otra vez.
Ella tomo el mandil rojo que colgaba de su largo vestido blanco y comenzó a limpiarme el polvo de la cara.
-Aun no tienes amigos?
-nadie quire ser mi amigo Ma, soy raro, estas segura que no puedes limarme mis cuernos?
-mi vida, tus cuernos son preciosos, además, Ruben el niño de tu clase también tiene unos, pero me gusta más los tuyos, ven, te prepare de la carne que te gusta, pero tienes que acabarte las verduras primero.

Mi madre, la mejor cocinar de silver city, no era solo una ilusión mía, gente de todas partes iba a la fonda de mi madre para comer, y pasar un rato con ella, era en verdad más brillante y cálida que los rayos del sol en invierno. Comí en la gran mesa de madera de la casa, y mire el fuego arder, era muy bonito, después de un rato, mi padre se unió a la camida.
-Teska, ya pronto entrarás a tus vacaciones, te gustaría pasar algo de tiempo con tu padre?
-pero...yo no sé de herrería....
-a tu edad jajajaja, yo tampoco, tal vez no te termines convirtiendo en herrero, yo quiero que seas algo que te haga feliz, pero seguro que será una habilidad útil, y puedes pasar las tardes con tu madre.
-las hiervas y papas tal vez no sean tan emocionantes como el hierro, pero te aseguro que te gustará.
Añadió mi madre
-eso es verdad, yo nunca tuve de quien aprender a hacer una buena cena, de no haber conocido a tu madre, hubiera muerto de hambre hace mucho jajajaja.
Como todas las noches, me quedé dormido, mi padre me llevó cargando a mi cuarto, era un hombre grande, se veía tan gracioso porque mi madre era pequeña y delgada, parecía una muñeca a su lado,la muñeca más linda, me pregunto si no podían o habrán decidido nunca tener hijos, solo a mi, dice mi madre que hace 7 años, en una noche con la tormenta más fuerte que habían tenido, los llantos de un bebé empezaron a escucharse, no tuvo que buscar demasiado para verme flotando entre los ríos que creaba el diluvio en la calle, mi madre me recogió ahi, entre esos pisos de piedra y siendo iluminados por los faros de aceite.
A pesar de eso, nunca dejaron de tratarme ni de decirme, que era su más grande tesoro, que un dios de las tormentas me dio como regalo a mi madre y como ella dice, "esa noche lluviosa, en una pequeña canasta, llego mi más grande tesoro "
Los escuché hablar esa noche, hablar sobre mi, que dentro de unos años mis clases para menores terminarían y tendría que empezar a buscar alguna pacion, era una idea aterradora, pero esa misma noche, tomé la decisión de no decepcionarlos.
Esa misma mañana cuando mi padre despertó, ya estaba yo a su lado, al abrir los ojos dio un salto, tal vez porque mis ojos brillan en la oscuridad, me gustan los gatos, a ellos no les parece raro que sean así.
-Pa...quiero aprender.
-hoy tienes escuela.
-puedo faltar.
-se paciente, pronto tendremos tiempo, ve a la sala mientras, seguramente tu madre te estará haciendo algo de comer, yo dormiré otro rato, recuerda, come bien, toma mucha agua y siempre descansa mucho, así te harás más fuerte.
Dijo mientas frotaba mi cabello.
Mi madre me preparo huevos, tocino y trajo naranjas de nuestro árbol para que pudiera tomar, me dio un poco en una botella, creía que esto me ayudaría a hacer amigos, sin embargo, los años pasaron y aunque ya no me molestaban tanto, aun no llegué a tener a alguien a quien considerar un amigo real, pero los invitaba a casa, porque mi madre siempre sonreía al verme rodeado de niños de mi edad, me concentre más en aprender de ella, de mi padre, ya con 17 años y con mucho tiempo libre, podía hacer mis propios encargos de armas, no eran las mejores armas, pero eran resistentes y confiables, por la tarde, cruzaba la puerta de atrás, atravesaba mi casa, y abría la puerta que daba a la fonda de mi madre, comía ahí y después le llevaba su comida a mi padre, me encantaba el jugo de naranja, es mi favorito, aunque las manzanas son mi fruta favorita.
Ya por la noche, cuando no salía con amigos a las plaza del pueblo o simplemente a caminar por ahí, aprendía  sobre las plantas con mi madre, aprendía como extraer su aceite, y sus propiedades curativas.
-Tezca, recuerda, que hasta la flor más indefensa y hermosa de todas, puede crear un potente veneno si no se le trata con cuidado.
Mi vida era una vida tranquila, era buena y estaba feliz...pero algo aburrida aveces, sentía que había más ahí afuera que solo esto...y un día, un simple tintineo en la tienda de mi padre lo cambio todo.
-hola!
Dijo un hombre alto y fuerte con una armadura que brillaba mucho,
-disculpe, podría encargar un arma?
-emmm si, sisi claro, solo tendría que hacerle unas preguntas para ver sus preferencias.
-excelente! Y podrías usar esto?
Me extendió su mano, y al abrirla no lo pude creer, era un rubí de dragón, este hombre había sido capaz de matar un dragón y ahora quería un arma de este material? Enserio hay tantas cosas por ahí?
-em...Paa!
-lo llamé y el también se sorprendió, pero no dudo ni por un segundo en aceptar el encargo, esa noche trabajo sin parar, y tres noches más después de esa, estuve a su lado todo el tiempo que pude, así era como se forjaba un arma de nivel superior, era hermoso, darle la forma a martillazos, calentar de nuevo el metal con esa flama verde que había echo mi padre tirando algunas esquirlas al fuego, ese día vi todo lo que aún necesitaba aprender para ser un herrero maestro? Pero en verdad ese era mi sueño? Ame cada parte de la fabricación, pero lo que en verdad quería, era empuñar esa arma, mi padre acabó muy cansado ese día, así que al quedarse dormido, tomé algunos instrumentos de precisión y comencé a incrustar los detalles, algunas gemas de poder y runas para la buena suerte,
El encargo fue un completo éxito, le encantó al hombre, en cuanto la  empuño, está se cubrió de una flama carmesí desde el mango a la punta de la hoja.
-parece que responde bien a su naturaleza mágica.
Exclamó mi padre.
-naturaleza mágica Pa?.
-si tezka, verás, las personas que son sensibles a la magia desarrollan más una fuerza mágica que otra, está se llama naturaleza mágica.
-como verás, la mia es el fuego!
Añadió el aventurero.
Por la noche no podía dejar de pensar en todas esas gemas, lo difícil que debió ser conseguirlas, y lo mucho que había vivido ese sujeto, salí por mi ventana y escale a el techo de mi casa, era una noche fría y recién había llovido, las tejas de mi tejado aun se sentían algo húmedas, pero ahí pase un rato, leyendo un poco sobre pociones, pero no las que mi madre siempre me enseñaba, las que curaba , enfermedades y males, si no las que se encontraban al final del libro, pociones de aventurero, de supervivencia, eran recetas mucho más complicadas que las que había intentado hasta ahora, apenas y pude entender a lo que se referían, me desánimo demasiado eso, cerré el libro, me asome de el techo a mi ventana, y lancé el libro a mi cama, volví a subir, a observar las estrellas, y platicar con los animales que se posaban en mi techo, gatos, ardillas, cuervos y muchas aveces que sus nombres no conozco, ni siquiera me di cuenta en que momento cerré los ojos y no los abrí, al día siguiente tenía algo de gripe, mi desayuno estuvo acompañado de muchas infusiónes y tabletas de hierbas, una conversación de hiervas que se colocaban en una prensa y se compactaban, sabían horribles, pero ayudaban, mi madre era una mujer muy lista, pasé algunas noches estudiando todo lo que podía, pidiendo libros a la biblioteca para saber más del mundo y sus peligros, pero también sus maravillas que me intrigaban, y por las mañanas caminaba, me adentraba al bosque hasta una laguna hermosa que al oscurecer brillaba con destellos azules, turquesas y naranjas por medusas que la habitaban, era algo tan precioso, y apenas una pequeña prueba de lo que se encontraba más allá, de silver city.
Un día regresando de mis pequeñas excursiones, me encontré a mis padres esperando en la sala, me miraron y yo a ellos, pero no pude decir nada, cuando mi padre sacó de su bolsillo un pergamino, con un selló de un azul profundo, era un sello de la academia de aventures silver, en honor al fundador de silver city, pero...era muy caro conseguir una...
-no te preocupes, está siempre fue la razón por la que tu madre y yo siempre trabajamos tan duro, para que algún día tu cumplas tus sueños, y si este es tu sueño, te vamos a apoyar hijo mío.
Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante, corrí a mi padre y lo abracé entre un llanto de felicidad, mi madre nos abrazaba a ambos y reía.

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