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Cuando sus orbes se sumen en los colores lejanos de su ser casi marchito. Cuando aprecia espectáculo idílico fuera de su alcance negruzco, SeokJin no puede evitar sentir calma fluir por todo su cuerpo, para aminorar el dolor que se forma en los confines de su alma.
El firmamento poseía los colores más etéreos que alguna vez sus fascinados iris grisáceos pudieron haber contemplado. Y él, como sigue siendo niño pequeño, de corazón frágil y que sueña con algún día volar entre nubes de algodón, para formar parte de aquellos colores tan cálidos y perfectos, tan solo se limita a ser admirador fiel del manto celestial.
Una sonrisa sincera surca su rostro, mientras su agudo oído logra escuchar aún la divertida melodía proveniente del primer piso. Con reproche siente la soledad una vez más en su ser, inundando su corazoncito corrompido, empero sabe que es lo mejor, la última vez que sus amigos celebraron una fiesta y él estuvo allí, su desafortunada suerte (que denota ironía en demasía) junto a su persona fueron los culpables de lo pésima y peligrosa que terminó siendo.
Porque Jin parece haber nacido defectuoso, y arruina todo lo bueno (o eso le han hecho creer, porque para sus padres, él es un defecto).
Admira entonces una vez más aquel manto coloreado por luz blanca, aquel que se pinta solo y que ni siquiera su suerte puede tocar (Jin admite que es feliz por ello), mientras la brisa acaricia su frágil rostro con primor.
Y es que el cielo posee colores tan cálidos y espléndidos, colores tan hermosos que...
Que él simplemente no posee.
Porque SeokJin no puede ser el sacro cielo, no puede tener aquellos colores que se transformaron en sus favoritos, aquellos que reflejan los sentimientos adecuados en cada lapso de tiempo. Resulta ser una obra de arte majestuosa, belleza inaudita, belleza que cree que su alma no posee y por ello la oculta tímido.
Porque SeokJin es gris, y ello siempre le lastima, pues en el centro de su corazón, anhelaba ser vívido y teñido de colores cálidos y fríos, una mezcla que demuestre el sentir más entrañable del alma ajena.
Su celular vibra...
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-¿Crees que puedas ayudarme?- pregunta el profesor NamJoon con dulzura y angustia fusionadas, mientras acaricia tiernamente los cabellos rubios de YoonGi, quien tiene en sus brazos a un ruborizado Hoseok.
Jin hace una mueca por ello, no obstante, lo ignora -Uh, no se preocupe, no será problema.- alega con amabilidad extraña, quizás por la escena que se muestra ante sus orbes: una fiesta salida de control. Entonces observa con compasión la angustia que el mayor padece ahora, al tratar de poner de pie a una Lisa ebria, por lo que se limita mejor a reír con sutileza.
-No sabes lo mucho que te agradezco, SeokJin.- añade con ternura el adulto, volviendo a su labor.
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Jin camina con pasos calmados, a la vez que agradece no ser el culpable de tan altanera situación, muy en el fondo aminora la culpa de su fortuna maquiavélica. El eco de sus pisadas resuenan con parsimonia, colmando su corazón de desconocida melancolía al encontrarse desolado, en busca de su compañera.
-JiSoo, ¿Estás aquí, JiSoo?- llama con suavidad, deteniendo sus pasos al verla recostada en la pared, a penas cuerda quizá.
-Mmm... ¿SeokJin?- pronuncia la jovencita con tranquilidad, dibujando de forma dulce una sonrisa al verlo delante suyo. La pelirroja no lo duda, quiere ir hacia él, quien parece estar cómodo con su soledad, mas sus pasos son torpes y en cualquier momento tropezar tiene grandes probabilidades.
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Colors of the sky [JinSoo]
Fanfiction«Porque Jin está embelesado del cielo y sus colores, pero mucho más del vivo arrebol en forma de chiquilla linda y pura que se ha metido en su corazón sin saber» ➛One-shot JinSoo (unilateral). ➛Leve mención del TaeSoo/Vsoo. ➛Contenido heterosexual. ...