Parte 1 La desafortunada bruja

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Esta es una simple historia, de pequeñas y grandes aventuras de un chico llamado Oscar que estaba destinado a dejar huella, junto a su gran amiga Erizo y a tres poderosas brujas ayudarían a reestablecer un viejo equilibrio.

Todo habría salido bien al final, se lograría restablecer el orden natural de la magia, y esta volvería a estar libre como en antaño, pero la felicidad de unos es la desgracia para otros, desde las sombras uno de los pequeños responsables del caos que se había formado miraba con desprecio como todos sus planes se derrumbaban, años de planeación, sacrificios, todo absolutamente todo por culpa de unos insignificantes niños.

Su corazón se llenó de odio y coraje, no encontraba la forma de expresar tal dolor así que usando todo su poder a su alcance decidió sabotear ese destino cortando de tajo la vida de nuestra pequeña aventurera.

— Un viaje en el tiempo, eso siempre soluciona todo, pero con las puertas cerradas abrirlas costará mucha magia pero valdrá la pena — Esta bruja usando su poder entró en las arenas del tiempo, el precio era alto pero prefería arriesgarse a ver a sus enemigos vitorear su triunfo.

Su plan era infalible, la heroína aún tenía unos pocos meses de nacido así que un accidente terminara con ella , pero modificar el tiempo suele tener grandes consecuencias para los involucrados y la bruja lo sabía ella no saldría bien librada, el pacto del tiempo fue creado para eso, para evitar que el destino fuera cambiado.

Así que ideó un plan creativo, los padres ganarían un viaje en un yate privado, este estaría maldito así que la misma naturaleza se encargaría de la familia y si tenía suerte el el destino la dejaría en paz y podría disfrutar de los frutos de sus esfuerzos.

Todo estaba listo, solo debía dejar los boletos ganadores y el tiempo haría el resto.

La bruja aprovechó el manto de la noche para evitar ser vista, así que se acercó y dejó en el correo el sobre con los boletos de este exclusivo viaje.

Con mucho temor dejo la carta en el buzón sabía que algo podría pasar al tratar de alterar el destino, al hacerlo, no paso nada, eso dejo que la bruja se llenará de júbilo, se alejó lo más pronto que pudo y seguía sin pasarle nada, nada podría arruinar su felicidad excepto ese horrible perro que no dejaba de ladrar — estoy de buenas asi que te ayudare con una nueva vida — Convirtió al enorme perro en una simple oveja, la pobre criatura estaba confundida y asustada así que salió corriendo lejos del lugar.

A una cuadra del lugar espero en una esquina el transporte público, viajar en el tiempo y transformar a ese perro molesto la dejo muy debilitada, así que no podía hacer más, necesitaba recuperarse, ya había previsto cientos de refugios para este tipo de situaciones, ahora solo debía esperar, pero solo un auto de vez en cuando pasaba en esa noche solitaria.

Mientras esperaba feliz por su gran hazaña miro como lentamente una oveja salto de la nada hacia la carretera, justo en ese momento un auto se acercaba al lugar, para el conductor ese animal salió de la nada, así que por instinto trato de esquivar y perdiendo el control del vehículo impactando directamente a la bruja quien murió despedazada por el impacto nada pudo hacer para evitar tan fatídico final.

El chofer del auto al bajar solo miro el desastre que había hecho, el sabia que nadie le creería que una oveja se le atravesó en el camino, iría a prisión por asesinato, el no podía ir a la cárcel, el sabia que tenia una hija y su desesperada mente le grito huye.

Tomó su vehículo que a simple vista estaba solo con una simple abolladura, así decidió escapar y para evitar levantar sospecha inventó una coartada avisando a su familia que llegaría tarde, pero en realidad éste nunca volvió tal vez la culpa lo perseguiría por años.

La pícara oveja aun espantada corría desesperada tumbando cosas en el camino, botes de basura, jarrones y una que otra planta de ornato, curiosamente por accidente destruyó el buzón de la casa de Erizo y con una leve brisa el sobre se deslizó con gracia dentro de la casa de Oscar.

Tanto escándalo llamó la atención de uno de los padres quien al asomarse vería todo normal pero ahora el dichoso sobre estaría en sus manos, fue un momento de felicidad y alegría hace mucho no tenían un momento para ellos y sería su primer viaje familiar.

A primera hora de la mañana la familia entera entusiasmada se dirigía a un fatídico paseo

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Muchos marineros tienden a ser muy supersticiosos, años desafiando la inclemencia del mar les ha enseñado que a veces un poco de suerte determina un regreso feliz, pero si el barco está maldito la desgracia estaba marcada desde antes de salir del puerto.

Ese mismo día la tormenta más fuerte en años azotó la región.

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En una isla poco conocida, en un lugar muy difícil de llegar una joven bruja se estremecía por la triste imagen que el mar le regalaba, sin dudar fue por una amiga que a pesar de su insensible corazón no pudo evitar sentirse dolida ante la escena.

Ambas decidieron llamar a su líder, que si bien no estaba en su mejor momento era la mas indicada para hacer lo correcto.

— Susie, Susie!!!, donde estas — Gritaba Betsy en su apuro

— Les dije que no me molesten, no ven que estoy ocupada — Lo decía sin ganas mientras seguía con la frente aplastada en la mesa de su estudio.

— Tienes que venir ahora mismo a la playa— El tono de preocupación de Betsy bastó para llamar su atención.

Los restos de un naufragio se esparcieron por toda la costa, ropa, escombros, madera pero de entre todo eso resaltan los cuerpos ahogados de una pareja.

Susie se les quedó mirando un rato no era común tener visitantes, y menos en su estado — Tan jóvenes, pero así es la vida, de alguna manera llegaron a la isla así que lo mínimo es darle una sepultura en su última morada —

Susie usa su magia para envolverlos con los escombros de su barco, dos ataúdes acorde a los visitantes, las tres brujas se estaban retirando a un pequeño cementerio que han usado los habitantes de esta isla desde hace mucho tiempo.

Pero antes de alejarse demasiado un pequeño llanto les llamó la atención, una pequeña canasta flotaba cerca de la orilla, apenas y de milagro se mantenía a flote, cuando se percataron esta se hundió por el mismo agitar de las olas, Susie solo miro con incredulidad, al contrario de Betsy que de inmediato se lanzó al mar con su escoba, tan rápido como se sumergió en unos segundos logró sacar al pequeño, este no respiraba.

Betsy y Alice no sabían qué hacer, si bien eran diestras en la magia ese tipo de situaciones eran nuevas para ellas que rápidamente entraron en pánico, Susie con con calma se arrodillo junto al pequeño bebe ahogado, con un hábil movimiento colocó sus dedos en el pecho del bebe y con su magia extrajo el agua de su estómago y pulmones pero seguía sin reaccionar, Alice sabia que hacer una pequeña descarga lo haría despertar con un leve agitar de su varita generó un pequeño arco eléctrico que sacudió el pequeño cuerpo del infante que de inmediato comenzó a llorar.

Las tres brujas se alegraban de poder ver una pizca de vida en una escena tan trágica.

Mientras Susie cuidaba al pequeño, Betsy salió a buscar algún biberón para ofrecerle al pequeño y Alice alguna prenda seca para cubrirlo.

— Eres un pequeño muy afortunado— Comentó Susie — de alguna forma sobreviviste y no tuviste que sufrir el amargo sabor de una despedida—

Susie le quito la ropita húmeda al bebe — Vaya eres un niño — Susie lo levanto un poco con ambos brazos — que haremos ahora contigo, espero que el proyecto del pueblo ya lo tengan terminado, con suerte tendrán un orfanato — El pequeño comenzó a orinar y a reír su gracia mientras cierta bruja maldecía su mala suerte.

Al llegar Betsy, Susie le entregó al niño con coraje — Encárgate de esta cosa, debo enterrar a los padres — Desapareciendo con todo y ataúdes en una cortina de humo.

El pequeño alquimistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora