n u e v e
Se siente súper rebelde, porque siempre ha sido el niño de mamá que saca buenas calificaciones y nunca hace nada malo. Temía decepcionar a todo el mundo, aún lo hace. Sin embargo, hoy se deja llevar por Jung Hoseok fuera de la universidad. Va a saltarse un día completo de clases, porque se lo merece. O al menos eso se ha dicho a sí mismo mientras se vestía, después de leer el mensaje del otro con la tentativa.
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09:30: ¿Qué te parece si hoy hacemos un mini recorrido de turistas?
Como si le sobrara el tiempo.
Pero qué más da. Ya está en la calle, con su mochila sobre la espalda y Jung Hoseok a su lado. Caminan en dirección a la estación más cercana.
Hoseok menciona que hoy irán a un sitio tranquilo, uno de sus destinos favoritos y, si alcanzan, tal vez podrían visitar un lugar más por la noche antes de que cierren la entrada del internado.
—Es lunes, y será mucho menos agobiante —dice Hoseok.
Y él sabe que ha sido una buena elección.
Cada uno compra su boleto para el tren y esperan a su llegada. Se aferra al tirante de su mochila, mientras intenta colocarse una mascarilla con la mano libre, y se congela unos segundos cuando siente la mano cálida de Hoseok tocarle una oreja, y un poco más cuando lo tiene en frente, bastante cerca, colocándole ambos aros de la mascarilla donde corresponden. Musita un «gracias», Hoseok sólo da un asentimiento para darle a entender que no es nada.
El tren se detiene frente a ellos y la multitud, Yoongi camina casi con desesperación para adentrarse en él antes de que se llene. Sigue siendo temprano, aunque no hora punta, por lo que alcanzan a tomar un asiento el uno al lado del otro.
Por momentos, Yoongi se siente demasiado en silencio, pero no sabe qué decir o hacer para que Hoseok no se sienta incómodo con su presencia o alcance a arrepentirse de lo que están haciendo. Mantiene la mirada fija en la ventanilla de enfrente, evitando que otras personas se detengan en él por estar viéndolas sin querer. Siente un pequeño empujoncito en su hombro izquierdo y al girarse, Hoseok empequeñece sus ojos, posiblemente por estar sonriendo para él.
—Dime, ¿dónde vamos? —pide Yoongi.
—Es sorpresa. —Rueda los ojos—. Te va a gustar —insiste Hoseok—. Y sino, tienes derecho a no volver a salir conmigo nunca más.
—Lo tomo.
Hoseok ríe, pero él no sabe si realmente habla en serio, es algo que se debate hasta que el tren se detiene. La bonita mano de su acompañante lo jala por el antebrazo para sacarlo, porque parece distraído y no quiere perderlo de vista. Hoseok no se perdonaría en la vida cometer un error y que Yoongi se pierda por las calles de Byeol otra vez sin que él esté para salvarlo.
En la salida Yoongi lee con atención, quiere aprender a ubicarse para traer a su familia algún día, a su abuela le encantan las aventuras. Pocos metros más allá, cruzando al menos una calle, vuelve a leer con atención, mientras se adentran en un parque.
Su abuelo estaría orgulloso.
Si este es el sitio, entonces Yoongi quiere abrazar a Hoseok y darle las gracias por lo bonito que es. Ve verde, mucho verde, como el parque al que fueron el día anterior y al que no se dignó leer el nombre en la entrada. Siguiendo los pasos de su acompañante alias guía turístico de hoy, alcanza a divisar personas haciendo ejercicio a esta hora de la mañana. Quizá por la tarde se llena. Podría dirigirse hacia allá para molestar a Hoseok, pero éste lo desvía por otro sendero, jalando de vez en cuando su antebrazo.
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Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok.
Fiksi Penggemar♫ : ❝ Como las cuerdas de un piano mal afinado, Min Yoongi tropieza con la retrospectiva de su vida y estalla con el presente de su familia. Mientras reconoce a Jung Hoseok, bajo una antigua leyenda de la música, deberá aprender a dejar sus heridas...