-¡Angélica- gritó mi madre desde la planta de abajo.- llegarás tarde, apresúrate!
-Ah?- dije entre bostezos.
Me senté en mi cama y vi el reloj... y ahí entendí porque mi mamá había gritado, era tardísimo.Mi madre es muy estricta conmigo desde muy pequeña, así que estoy acostumbrada a mucho esfuerzo en todo lo que haga, y gracias a eso, he tomado el papel de la chica modelo a seguir en la escuela: notas altas, pro activa, inteligente, responsable y dedicada. Esto para los maestros y mi madre era lo único que se necesitaba para ser "perfecta". Pero para la demás escuela era una total rara, tímida e inocente chica que solo es tomada como la nerd de la clase.
No me sentía del todo mal hasta ahora, ya que esa realidad no era toda mi vida.Me levanté de mi cama y me fui al baño para comenzarme a alistar. Cuando llegué al baño me miré al espejo, estaba totalmente despeinada y tenía mis ojos algo rojos. Me lavé la cara y regresé a mi cuarto para agarrar mi celular de mi mesita de noche. Al agarrarlo, y prenderlo, noté que me había llegado un mensaje en la madrugada del día anterior el cual ignoré por completo al verlo.
Coloqué música desde mi celular y me metí a la ducha. Después de cinco minutos salí de la ducha, me coloqué mi uniforme y salí del baño peinando mi, ahora no tan despeinado, cabello.Llegué abajo, donde estaba mi mamá. Ella me estaba esperando en la cocina.
-Buenos días mamá.- Dije acercándome donde ella estaba para poder abrazarla.
-Buenos días mi cielo, ¿qué pasó el día de hoy? Nunca acostumbras a bajar tarde.-Dijo mi mamá algo molesta al mismo tiempo que me devolvía el abrazo.
-Lo siento me tardé un poco en bañarme, no calcule bien el tiempo, estoy segura que no volverá a pasar. Mentí en la primera parte, pero en la segunda tenía que asegurarme a toda costa que mi palabra se cumpliera, se ponía en juego la confianza y tranquilidad de mi madre, y eso era muy importante en varios sentidos de mi vida.Me senté en la silla al terminar de peinarme para comenzar a hacer mis dos típicas coletas de todos los días.
Comí rápido mi desayuno y me encaminé a la puerta principal, agarré mi mochila, me la puse en la espalda y abrí la puerta principal para salir de mi casa y así tomar el autobús. Antes de que lograra salir, mi mamá se despidió rápidamente de mi y dándome mi almuerzo al mismo tiempo me dejó salir hacia el jardín delantero.
-Adiós preciosa, que te vaya bien en la escuela.
-Gracias mamá, igualmente, adiós.- Dije dándole un beso en la mejilla.Salí de mi casa pero al ver a la calle, había un carro negro atrás del autobús, así que volteé a ver a mi mamá algo nerviosa, con mi mano derecha hice una seña que indicaba que le pedía a mi mamá mi suéter. No entiendo como se me pudo olvidar algo tan básico. Y ahora, cuando más lo necesitaba, no lo traía. Me lo lanzó algo molesta y me lo puse de inmediato. Me coloqué la capucha y empecé a caminar manteniendo mi mirada hacia el frente. Subí rápido al autobús y saludé al chofer para colocarme en mi lugar. El mismo de siempre, el número 4 del lado derecho.
Pasaron las mismas aburridas paradas, hasta que llegamos a la número 7, en donde se subía Melissa.
Al verme me saludó con la mano y con una sonrisa en el rostro y se sentó a la par mía. Al sentarse me hizo la misma pregunta de todos los días.
-¿Como va todo?
A lo que siempre respondo con un "está todo controlado", pero esta vez era diferente.
-Está vez si lo vi.
Ante mi respuesta ella se quedó atónita. No entiendo porque tiene esa reacción, ella debería de estar preparada para cualquiera de las dos respuestas si hace una pregunta como esa.
Aunque en cierta parte la entiendo, ya que al estar acostumbrada a una misma respuesta, puede que sea confuso recibir la respuesta contraria. Y más de mi parte, ya que siempre he sido cuidadosa y precavida en tener una estrategia para que las cosas que haga me salgan a la manera planeada.
Después de un rato se decidió a responder.
-¡¿Como?! ¡¿Como...como puede ser posible?! Todo iba tan bien y estaba todo perf...-dijo entre cortado ya que la había interrumpido.
-Cállate ¿quieres? No es lugar para hablar de esto.
-Mierda...¿como vamos a explicar esto?- dijo con un tono muy preocupante.
-...
-Tendremos que verlo hoy.
Ante ese cambio de tono en la respuesta me sorprendí bastante, la volteé a ver y tenía la mirada fría y cortante, al contrario de la actitud que cargaba hace un rato, luego volteé a ver a la ventana y ahí estaba mi escuela. Era enorme. Solo con verlo te imaginas que es de los caros. Mi mamá lo paga. Mi papá también aporta, pero aún así no es como que la suma de las dos partes fuera poca. Mi papá se fue hace unos meses a un "viaje de trabajo" en Italia, así que no le he hablado mucho. Ni por chat.
Baje del autobús con mi amiga a mi lado y nos dirigimos a el jardín trasero, en donde esperamos hasta que la campana de inicio a las clases.
Mientras caminábamos noté que una de mis compañeras se acercó a ella para conversar, pero Melissa la evadió de inmediato esquivándola por un lado. Ante esto eran ya dos sorpresas las que me había llevado con su actitud, el día de hoy.
-Ey Mel- dijo la chica. ¿No me viste?... estoy acá.
Por más que lo intentara, Melissa no la volteaba a ver y menos le iba a dirigir la palabra si no quería ni verla, solo se volteó un segundo, pero su mirada iba hacia mi, retrocedió algunos pasos, me jalo de la muñeca, tiró de ella fuertemente y me llevo con ella.
Ante esto, de nuevo, no sabía cómo reaccionar, me comenzaba a enojar, más de lo que ya estaba, pero que escondía en todo momento, ya que todo depende de ello. Tenía que mantener mis pensamientos y mi actitud en calma.
Mientras ella tiraba de mi muñeca me dirigí a ella con un tono un poco elevado, pero de seguro, con este tono, entendería que estaba fuera de sus casillas, ya que, como anteriormente dije, la calma lo es todo...en esta lado de la vida, entonces siempre he sido capaz de mantenerla, pero...no se por cuanto más podré aguantar.
-Melissa, se profesional, si ya llevamos malas noticias...no lo hagas peor, cálmate ya.
Eso fue suficiente para que bajara la velocidad de su paso, reflexionara y se calmara.
Suspiró y fue directo en donde se encontraba su compañera para saludarla. No sé cómo arregló el malentendido pero regresó con una sonrisa en su rostro. Charlamos un rato y sonó la campana.
Pasamos el resto del día en las clases, las cuales se acababan a las 4:30, así que a esa hora tomamos el bus directo a casa.
Esta vez Melissa no se bajó en su parada sino que decidió bajarse en la mía. Como no tenía una autorización o excusa para bajarse, llamé a mi mamá para que nos viniera a recoger. Ella algo extrañada de la situación aceptó y fue a la puerta a recibirnos. Nos empezamos a bajar del autobús cuando, con mi mamá, chócanos miradas, ella entendió a qué me refería con mi mirada así que fue con el chofer y llamo a la mamá de Melissa para explicarle que su hija se iba a quedar con nosotras por un "proyecto escolar". La mamá de Melissa aceptó y el chofer quedó satisfecho, arrancó el autobús de nuevo y se fue.
Luego ella llegó a la casa y nos encontró, a mí y a mi amiga, hablando nerviosas.
-¿Como le dirás a tu mamá?
-Ni yo sé Mel
Viéndonos entro a la casa cerró la puerta con seguro y se dirigió a nosotras con un tono serio y nervioso al mismo tiempo.
-¿Que ha ocurrido?
-...
-No me digan que...
-Si...Hola! Primero Gracias por llegar hasta acá y segundo bienvenid@ a mi segunda historia, espero que te haya gustado, y si es así me gustaría que me apoyes, se aceptan peticiones de cualquier tipo, solo escríbeme un mensaje y con gusto lo hago. También avísame si hay faltas de ortografía, ya que eso me ayudará mucho a mejorar.
Esta historia será publicada entre los miércoles y sábados de cada semana. Si no hay inspiración solo será una vez cada semana (o sea los sábados).
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El rompecabezas de tu rostro
Teen FictionAngélica Gómez es una chica de Argentina, la cual....su familia es algo peculiar. En las noches que sueña con un misterioso chico, pero a la hora de despertar no recuerda nada de lo sucedido, poco a poco va a ir construyendo el rompecabezas de su Ro...