Debíamos salir y eso no sería una tarea sencilla, quizás era el olor a sangre o el olor a muerte, pero aquellas criaturas no dejaban de merodear cerca de donde nosotros estábamos, Ethan había encontrado una salida trasera, con suerte eso sería nuestra salvación.
—¿Entonces cuál es el plan?
—Tú eres la autoridad aquí, Zach, creímos que tú lo sabrías.
—Solo cuando les conviene. —Echó un vistazo a la ventana—. De acuerdo no hemos comido nada y esos twinkis no son suficientes, hay un restaurante a un par de kilómetros, podemos ir y ver si encontramos algo de comida —miró nuestras caras de confusión—. No se preocupen el restaurante queda justo en la ruta a la que nos dirigimos, el norte.
—¿Y después? ¿Pretendes que me haga amigo de un cocinero zom —permaneció callado sabiendo que lo observaba—. ¿Amigo de un infectado? Disculpa, a Rachel le incomoda el término zombie —susurró lo último.
—Si es el restaurante que creo que es tendremos una ventaja, solía desayunar ahí, creo que con mi madre, enfrente hay una comisaría, podríamos pasar la noche ahí y no perder más tiempo, al siguiente día tendremos que llegar a los límites de Figuer Rou y encontrar donde pasar la noche, estamos cerca de llegar al domo.
—Bien, entonces tendremos que darnos prisa.
Fue en esta ocasión Ethan quién estuvo al frente, tomamos las armas y fuimos a la puerta trasera, los nervios me estaban consumiendo, la puerta rechinaba y hacía mucho ruido.
—Necesita aceite.
—Cállate, Ethan.
Lo logramos, pudimos salir del lugar y seguro que cuando los infectados notaron que la puerta estaba abierta ya nos encontrábamos lejos de ellos, me resultaba aterradora la idea de pensar que en cualquier momento podían aparecer y sin aviso previo terminaríamos siendo su almuerzo.
Zach no había mentido, el restaurante sí estaba a un par de kilómetros, solo que no habíamos considerado que nos llevaría casi todo el día llegar hasta allá.
—¿Y qué hacían antes de esto? —preguntó Ethan.
Como si fuera algo instintivo ambos lo miramos sorprendidos, cualquier ruido podría ser nuestra perdición, pero Ethan consideraba que era un excelente momento para tener una conversación, estábamos en desventaja porque el sol aún no se ponía y si tratábamos tan solo de alumbrar nuestro camino, ellos nos encontrarían.
—No entiendo porque se asustan, estamos a kilómetros de cualquier infectado, son rápidos así que créanme si quisieran devorarnos ya lo hubieran hecho.
Él tenía razón, nos encontrábamos en una carretera aparentemente vacía, no era el mejor escenario considerando que estábamos a oscuras, pero al menos seguíamos con vida.
—¿Me dirás que le tienes miedo a la oscuridad, Rachel? He notado que no dejas de estar alerta nunca.
—Escucha, niño —me puse frente a Ethan al notar que Zach se acercaba a él—. Interesante, ya lo defiendes.
Zach hizo el ademan de tocarme para apartarme de Ethan, pero este fue más rápido y cargó el arma apuntándole.
—Atrévete a tocarla y te vuelo la cabeza.
—¿En serio crees que eres capaz de hacerlo? Escucha, no sé a qué crees que nos estamos enfrentando, pero o estás alerta o te mueres, tú decides.
Toqué su hombro y eso lo obligó a bajar el arma, Zach siguió caminando como si hace tan solo unos segundos no hubiera estado a punto de morir.
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PROGRAMA F3
Science FictionLa ciudad estaba en completa oscuridad, pero ellos no se encontraban solos, Rachel, Ethan y Zach, 3 desconocidos con una cosa en común: el miedo a morir. Deberán sobrevivir a las criaturas de la noche y llegar al domo, un lugar que promete ser su s...