Señorita Anorexia

Capítulo 1: Un imbécil en potencia

[Narra Nereida]
-¿Qué tal me veo?- me dijo Triana enseñandome su nuevo vestido casi transparente al que ella autodenomina pijama. -Perfecta, pero... solo vamos a hacer una pijamada, no hace falta que vayas tan arreglada, para mí. -me reí un poco, podías contar con los dedos de las manos los días que habían pasado desde que Triana cumplió los 17, esta muchacha ya se sentía toda una adulta, yo no soy así. -Jajá, no tontita no es por ti, es que he invitado a la fiesta a Liam, el chico ese inglés que tiene un año más que nosotras. Le dije que trajera un par de latas de cerveza. -NO PUEDE SER VERDAD, SUS HORMONAS ESTÁN DISPARADAS, ¿QUÉ HAGO?- Triana cariño, ¿eres consciente de que llevas 5 años diciendo que te van las tías y ahora te me presentas con esas? Estás menopáusica.- le solté aquello como quien no quiere la cosa, no tenía ganas de aguantas tíos esta noche. -Venga Nereida no te pongas como mi madre, lo pasaremos bien- Sonó el timbre y Triana se acercó a la puerta dando saltitos, cuando llegó se acomodó la ropa y abrió la puerta. Liam, el imbécil de Liam estaba ahí, con sus ojos verdes y sus labios bien definidos a los que se nota de lejos que besan de maravilla y su cabello largo pelirroj... Nereida quieta, no te vas a enamorar otra vez, y menos sabiendo que ese idiota es el culpable de que empezaran a llamarte saco de huesos. -Hola Liam, pasa, ya sabes quien soy yo y esta chica es Nereida.- Soltó Triana de sopetón, estaba nerviosa, creo que pensó en ponerse algo más apropiado para su edad porque se encerró en el baño con unos pantalones largos y una camiseta de mangas cortas.- Atento Liam, no me vayas a dar la noche, y mucho menos te propases con mi amiga, a la mínima te partiré tu delicada nariz.- No sé por qué pero estaba tan enfadada que esas palabras salieron de mi boca antes de que pudiera procesarlas.- Sí sí mamá, oye saquito de huesos, ¿por qué no te vas y me dejas solo con Triana ee?- No había dicho nada más largo que eso en toda la noche pero decidí hacerle caso y huir, huí de nuevo.
Al llegar a mi casa tenía 5 mensajes de Triana pero no quería ni verlos así que encendí la televisión y me tumbé en el sofá hasta quedarme dormida.