•Prólogo•

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Corre.

Corre y no te detengas.

Es lo único que repite mi mente en este momento.

1, 2, 3, respira y sigue corriendo.

Correr es lo único que puedo hacer, no se como he terminado en esta situación, siento que mis pulmones están por colapsar por el poco oxígeno que logro obtener, mi corazón late a una velocidad feroz.

Está oscuro y solo logro divisar los árboles a medida que voy avanzando. El lugar es inmenso, y no se puede apreciar mucho más que sólo árboles y obscuridad enceguesedora.

Aparentemente lo que estaba atrás desapareció.

Estoy apunto de detenerme, cuando logro escuchar a lo lejos la autopista.

Corre, no te detengas, sigue corriendo, estás por llegar.

A lo lejos empezaba a divisar las luces de los autos que pasaban, estaba cerca pero algo en mi me gritaba que estuviera alerta.

Maia, corre, estas por llegar, no te detengas.

Seguia repitiéndose en mi mente cada que daba un paso hacia mi destino. Estaba a escasos metros de distancia, pero un sonido hizo que desviara la mirada y termine tropezando con una roca y cayendo directo al suelo.

Levantate y corre, no te quedes ahí.

Trate de levantarme pero al intentarlo mis piernas no respondian, escuche de nuevo un sonido, y esta vez pude distinguir que eran pisadas, venían desde atrás de mi.

Trate de levantarme de nuevo, pero mis piernas parecían muertas. Las pisadas se acercaban más a donde me encontraba, miré a donde se encontraba la autopista, y como si nunca hubiese estado ahí, desaparecio.

En este punto estaba aterrada, mi unica via de escape habia desaparecido como por arte de magia.

Las pisadas se acercaban más a mi, y con esto decidí girarme hacia el lugar de donde venían las pisadas para encarar a lo que sea que me estuviera persiguiendo. En la poco que iluminaba el brillo de la luna, logro divisar a alguien caminado hacia mi, por su figura robusta, pude suponer que era un hombre, traía puesto la tipica camiseta de cuadros roja con franelilla blanca abajo, en su mano derecha empuñaba un hacha, parecía un leñador.

Con paso decidido comenzo a aproximarse hacia mi, pude divisar dos detalles del que no me había fijado antes, traía un pasa montañas el cual cubria completamente su cara y dos tenia un especie de tatuaje en la mano, cuando estaba a tan solo medio metro de distancia de mi, se acerco lentamente, mi subconsciente me seguía gritando que huyera, pero estaba petrificada. El hombre apretó el agarre de su mano derecha en el arma. Cuando ya estuvo enfrente a mi, se agachó y vi como empezo a mover su mano libre con el objetivo de quitar el objeto que me impedía ver su rostro y cuando lo quito...

–Maia!!! ...

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2023 ⏰

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