Exterior

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Delincuencia

Desde aquella ocasión mi vida cambio tan drásticamente que siento como si fuera otra persona, o viviera la vida de otra persona. Todo empezó aquella tarde de domingo, salí con mi familia a la iglesia, el sermon fue bastante conmovedor, salíamos del lugar y después de andar algunos cientos de metros sentí que alguien me arrebataba mi bolso.

En efecto, un hombre con sudadera de capucha corría con un objeto entre sus manos, papa, mi hermano y mis primos corrieron para alcanzarlo; por suerte mis primos y hermanos son de la misma edad o casi, y bastante agiles, alcanzaron al tipo y le dieron una buena golpiza, papa también le dio varios golpes, "de tu parte cariño" me dijo mas tarde. La policía se llevo al tipo, la denuncia fue hecha y un oficial anoto cada palabra que mis padres pronunciaron. Con eso —dijo— pasara una buena temporada en la cárcel.

Hasta ahí podría decirse que todo tuvo un final feliz, la cruel realidad es que fue solo el inicio de mis problemas. Temprano al día siguiente me preparaba para la escuela, todo era la misma rutina entre semana, salvo por el detalle de que cuando quise salir de mi casa, simplemente no pude, me quede... congelada. Consuelo, una de mis vecinas y compañera de clases tuvo que sacarme tomada de la mano, solo así he podido salir de mi casa sin sentir que mi corazón va a detenerse del terror.

Pero todo ha empezado a mejorar, la escuela tiene un psicólogo que me ha ayudado bastante, me enseño como relajarme solo con respirar, y me dio a probar infusiones que me relajan y me hacen sentir tan calmada. Del mismo modo me preparo basándose en mis gustos una lista de música relajante, eso me ayuda muchísimo a dormir.


Impotencia.

...Me da tanto terror estar allá afuera, en el mundo exterior, las palabras no alcanzan para describir esto que siento aquí, en mi pecho, es... es un terror... eh... in... indes-c-c-cr-... indescriptible.

...Es solo que, si algo pasara ahí afuera creo que me sentiría tan impotente, tan incapaz de hacer algo por ayudar que la angustia, la desesperación me asfixian como si estas fueran manos que aprietan mi cuello, apenas siento que el aire me falta pierdo el conocimiento y esas terribles "manos" me sueltan para dejar que mi cuerpo se estrelle contra el suelo...


Humillación

...¡No volveré a poner un pie afuera y es mi ultima palabra! Simplemente no puedo, no quiero enfrentar sus miradas, esos ojos que me juzgan, que parecen burlarse de mi con tanto desdén es algo que no puedo, no quiero enfrentar

Relatos de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora