Para ti, linda.

PARA TI, LINDA

Por Okashira Janet/Janet Gaspar

Naruto acaba de pedirle a Hinata que sea su novia y eso está muy bien... ¿pero exactamente qué es lo que hace un novio?, los consejos de Ero-sennin no parecen una buena idea a ser sincero. NaruHina

Este fanfic es escrito con el puro y simple afán de entretener, sin ánimos de lucro. Todos los derechos a Kishimoto.

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Naruto no sabía exactamente lo que se tenía que hacer después de tener novia, es decir, la parte difícil ya estaba hecha —ahí donde Hinata y él se habían confesado y de alguna manera habían acordado ser novios.

Ahora, cuando uno tenía una novia, ¿qué seguía?, lo único que venía a su mente era una conversación muy pero que muy incómoda con Ero-sennin donde su maestro le había dicho que una vez que consiguiera a una chica le podía hacer esto y aquello. Y vamos, Naruto seguía sin ser muy listo, pero estaba segurísimo que Hinata no era la clase de chica de esto y aquello.

Es decir, besos sí que había, de hecho llevaban como diez. Aunque Hinata enrojecía de tal manera que lograba que las mejillas de él también tuvieran efecto como de qué fueran a explotar.

Una especie de reacción en cadena.

Fuera de los besos y tomarse de las manos no tenía mucha idea de lo que un novio tenía que hacer.

Si hacía un poco de recuerdo podía ver a su madre diciéndole que las mujeres eran una de las prohibiciones ninja y que ella no podía decir gran cosa porque era mujer, ¡ah! y que no le hiciera caso a Jiraiya.

La razón por la cual las mujeres eran una de las prohibiciones de un ninja era un misterio y quizás Naruto debía empezar por ahí porque algo dentro de él tiraba cada que se preguntaba si Hinata era algo así como prohibida para su camino ninja.

¿Y por qué exactamente estaría prohibida?

Aunque en el pasado Naruto era de los que prefería llegar a sus propias conclusiones antes de preguntar o admitir que no sabía algo después de la guerra había adquirido la madurez suficiente para apoyarse en los demás y cuestionar las cosas que desconocía. Así que sin pensarlo demasiado se dirigió a la academia.

Era hora del receso y un montón de pequeños estudiantes ninja se encontraban jugando en el patio, algunos fingían aventar kunais, otros más lanzaban patadas al aire, unos cuantos jugaban a atraparse entre ellos, pero todos sin excepción se pusieron a gritar en alborozo cuando lo vieron.

—¡Es Naruto-sama! —No sabía exactamente quien le había puesto aquel mote, pero se sentía de lo más ridículo, se preguntó si Gaara también se había sentido así cuando lo habían nombrado Kazekage y las chicas se habían arremolinado a su alrededor llamándolo de esa manera.

—¡Naruto-sama, enséñenos una técnica! —Los niños de los grados superiores lo observaron con devoción así que tuvo que carraspear.

—Lo siento, —intento ser lo más amable posible—, estoy en una misión muy importante y me ayudarían mucho si me dicen dónde está Iruka-sensei.

—¡Les dije que Iruka-sensei era el maestro de Naruto-sama! —Una niña chilló y todos los alumnos soltaron una exclamación de asombro que decía bien a las claras que Iruka había subido puntos de respeto en su escala de maestros.

—Oh sí. —Naruto se pasó un brazo tras la cabeza—. Uno de mis mejores maestros. —Los niños volvieron a soltar exclamaciones de sorpresa y en aquel momento Iruka llegó a él suspirando.