Seres mitológicos || Namjin +18 (TERMINADA)

Capítulo 19

Nueva misión

El demonio y el vampiro no habían dejado de preguntarse por qué ellos debían ser quienes rompieran la maldición de su mundo, todo había llegado de golpe para ellos, pero aun así no habían dejado de hablar desde que supieron quién era el contrario.

Luego de unos minutos Hoseok decidió interrumpirlos ya que ni ellos mismos se entendían.

- Habrá bastante tiempo para que se conozcan bien, pero quería decirles algo importante, nadie puede saber a cerca de esto, por favor, que quede todo entre nosotros, buscaré la manera en que nos sigamos viendo cada que información nueva me llegue, ya que, si no tenemos que hacer y nos estamos viendo, pueden llegar a sospechar, porque sé que en el pasado ninguno de ustedes se ha llevado con los hechiceros al mando de sus respectivas especies, sería muy extraño que ahora ya lo hagan, sobretodo tu Asmodeo. -

Seokjin se mantuvo en silencio observando a Hobi, mientras mantenía aquella copa de sangre en su mano, giró un poco este recipiente dándole vuelta a aquel líquido y lo llevó a sus labios, deleitándose con el magnífico sabor de esta. Por su lado Namjoon no dejaba de observar al bello chico a su lado, su mirada se fijaba en esos labios gruesos y bien cuidados, tenía muchísimas ganas de probarlo, poder morder su suave labio inferior, simplemente se le hacía demasiado llamativo, había algo en ese vampiro que le llamaba mucho la atención, pero no sólo era el físico, era algo más, sentía como que había algo que los unía.

- Por mi parte no diré nada. - Hablo Seokjin luego de pasar el trago de sangre que había llevado a su boca, una pequeña gota de sangre resbaló por la comisura de sus labios e inmediatamente Namjoon llevó su mano a su rostro, limpiando con su dedo pulgar aquella gota.

Jin lo vio algo extrañado y luego observó cómo este demonio lamía su propio dedo manchado sin quitarle la mirada de encima a Jin, dejando así una escena bastante seductora.

- No querido, eso no funciona conmigo. - Susurró el vampiro escuchando cómo una suave risa, por parte del hechicero, hacía aparición.

- Me la estás haciendo difícil, pero sé que tarde o temprano terminarás cayendo ante mis encantos. - Respondió Nam guiñándole su ojo derecho al adverso.

Hoseok rodó los ojos y negó ligeramente con la cabeza para luego volver a su platillo y seguir degustando de la delicia que tenía.

~~~

Tres días habían transcurrido desde aquella comida donde dos seres de distintas especies se habían mezclado por primera vez. Al hechicero aún no le había llegado ni una sola noticia del libro y cada que intentaba sacarlo de su estante este desaparecía por sí solo, dando a entender que aún no era momento de leerlo.

Hoseok en cierta forma comenzaba a aburrirse, no podía hacer nada más que estar en su casa, ya que su amigo Jimin se encontraba ocupado porque las épocas de mejor cosecha se habían acercado y su amigo Jungkook estaba en un pequeño retiro que hacía cada año, según él le ayudaba a que sus uvas crecieran mejor y que su propia mente se despejara. Solía irse a las montañas, donde ningún ser habitaba, para hacer sus propias cosas.

El hechicero se encontraba frente a su bola de cristal observando a ciertos demonios o vampiros, cuidando de ellos, a pesar de ser el elegido, aún tenía que cuidar de estas dos especies.

El tiempo pasaba volando, y el aburrimiento cada vez se hacía mayor, quería algo más entretenido, algo que lo hiciera querer estar despierto, ya que sí, el sueño cada vez atacaba más su cuerpo.

Pero justo como quería, algo pasó, la imagen en su bola de cristal se distorsionó provocando que el chico abriera sus ojos en demasía intentando arreglarlo con sus manos, palmeando ligeramente la bola de cristal, pero nada parecía ocurrir, hasta que esta se puso completamente negra y unas letras aparecieron.

Deben estar solos

Y en cuanto el joven leyó esto, su bola de cristal se quedó como si no se estuviera usando, transparente totalmente.

- ¿Estar solos? - preguntó Hobi en un murmuro e inmediatamente la imagen de Namjoon y Jin apareció en su mente. - Ah, ellos dos... no sé qué es lo que planeas Aleysha, pero siento dentro de mí que será difícil, pasaremos momentos turbios... pero confío en ti. -

- ¿Confías en quién? - Preguntó una voz a sus espaldas provocando que un fuerte escalofrió recorriera la espalda del chico.

- Maestro... ¿Cuánto tiempo lleva ahí? - Preguntó Hoseok sin atreverse a voltear, simplemente fingió estar haciendo algo en la mesa.

- Voy llegando... últimamente has estado actuando raro, ¿seguro que no me ocultas nada? - Insistió el mayor quitándose su gran abrigo para colocarlo en el perchero detrás suyo.

- Nada, todo sigue igual, solo me encuentro algo tenso al tener que cuidar estas dos especies, jamás imaginé tener un trabajo tan pesado. - Mintió a medias, después de todo si se sentía algo tenso por lo que le había tocado, aunque no dijo del todo a su mayor. - Por cierto, hablando del tema, hay algo que debo hacer, llego para la cena. -

Y sin decir más terminó desapareciendo de aquel espacio dejando a su maestro con una gran sonrisa, este se acercó a la bola de cristal del más joven y la acarició con suma delicadeza.

- Gracias Aleysha, gracias por darme la oportunidad de estar con él, es un gran chico, no sabes lo orgulloso que estoy de él, mejor persona no pudiste escoger. - Soltó un suspiro y llevó la mirada a su brazo, levantando la manga larga que tenía, siempre traía mangas largas, ya que ocultaba algo en su piel, algo que Hoseok jamás había visto antes.

Su mirada se fijó en aquella marca que su muñeca izquierda, la que está conectada al corazón, un reloj de arena, la arena se movía marcando así un tiempo específico.

- Mi tiempo aquí está por terminarse, por favor, cuida de él, quiero que siga su vida como debe, ayúdalo a que sufra lo menos posible por mí, odio verlo mal. - Sus ojos se cerraron un momento y un muy fuerte dolor punzante apareció en su corazón haciéndolo que cayera de rodillas al suelo apretando su pecho con sus manos.

Aquel dolor ya estaba siendo constante, sabía que no le quedaba mucho tiempo, disfrutaría bien el tiempo que le quedaba con su pequeño aprendiz.