Dejaste caer las llaves cuando presenciaste la escena que tenías frente a tus ojos, en ese momento solo querías huir de tu hogar.
Había prendas esparcidas por todo el pasillo, justo estas terminaban al entrar en la habitación. Cerraste tus ojos tratando de calmarte, no querías hacer un escándalo, no lo harías.
Tomaste las llaves del suelo y caminaste a pasos seguros hacia la habitación, tu mano enrollo el pomo de la puerta pero está se quedó quieta pensando.
'¿Y si solo me voy?'
No. Querías ver que excusa te ponía para defenderse, querías pensar que solo te estaba haciendo una broma o que simplemente no era verdad lo que estabas pasando.
Pero las cosas no eran así.
Azotaste la puerta de una patada ocasionando que los otros dos se asustaran levantándose de la cama. Pareciese que vieron al mismísimo diablo de pie en el marco de la puerta.
— Yo... yo puedo explicarlo — el se quito la sábana de su cuerpo, tus ojos fueron hasta a él y su bóxer no estaba bien puesto — No es lo que tú crees.
— A la mierda Shinichiro — le aventaste las llaves con fuerza dándole en la cabeza.
Giraste tu cuerpo con furia caminando hacia la salida, escuchaste el escándalo que estaban armando en la habitación pero no pensabas detenerte, no ibas a perdonar aquello.
— Hey... ¡Hey!
Tus pasos se detuvieron cuando el te tomó del brazo para parar tu caminata, intentaste zafarte de su agarre pero te fue imposible, tu fuerza y la de él no eran las mismas.
— Suéltame — aventaste su cuerpo con la otra mano para que aflojara el agarre — ¡SUÉLTAME!
No lo habías notado, pero para ese momento tus ojos ya estaban llorosos y solo querías escapar de ahí.
— Quédate — el tomó tu otro brazo y te aferró a su cuerpo para evitar tu huida — Por favor, todo tiene una explicación.
— Ni una mierda, no pienso quedarme — lo aventaste con fuerza ocasionando que se tambaleara un poco, aprovechaste eso y saliste corriendo de ahí.
Con un corazón roto.
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Cerraste la puerta del local y te tumbaste al suelo cuando finalmente habías llegado. El taller de motos era el único lugar en donde podías estar y dormir.
