Viernes, cada vez faltaba menos para terminar la semana y era desconcertante ver como cada día morían más personas.
Las pruebas incrementaban su dificultad, nos llevaban a nuestros límites tanto físicos como mentales, pasábamos mucho tiempo en simulaciones, creíamos que nada pasaría después de todo solo era eso, una simple simulación, pero fue un error dar las cosas por sentado.
En la simulación del día anterior una chica no pudo resistir, creyó que no pasaría nada si mataba a su amigo, pero para sorpresa de todos, su amigo estaba ahí en carne y hueso, no era un juego, ella realmente había asesinado a ese chico, nos hacían creer que lo que sucedía ahí dentro era falso, que solo se trataba de una prueba que debíamos superar; jamás nos dijeron que, en realidad, sí había vidas que estaban en juego y que nuestras acciones determinarían si vivían o morían.
Eso solo me alarmó más, pude haberme equivocado en mi primera prueba, pude haber matado a Ethan y eso jamás me lo hubiera perdonado, ahora todo era dudoso y cada vez se hacía más difícil distinguir la simulación de la realidad.
—¿Estás bien? —me sobresalté al escucharlo y decidió tomar asiento a mi lado.
—Alex, me asustaste.
Últimamente tenía la necesidad de mantenerme alerta todo el tiempo, sentía que ya no podía confiar en nadie.
—Has salido a correr fuera del campo tratando de que esos zombies no te maten, ¿y te asusta mi voz?
—Irónico, ¿verdad? ¿Te puedo ayudar en algo?
—No te he visto mucho, pensé que algo te había pasado, aunque lo dudo, tu nombre sigue en la primera posición.
Un recordatorio de que, por ese simple hecho, medio campamento me odia.
—Sí bueno, solo estoy agotada es todo, es poco el tiempo que nos dan para comer, para ducharnos, para si quiera respirar sin tener que pensar que estamos constantemente en riesgo.
—Creo que te han estresado las simulaciones —lo dijo con tanta naturalidad, como si fuera algo normal, que me giré para verlo, molesta.
—¿Y a ti no? La chica de ayer mató a su mejor amigo ¡Solo porque creyó que era una simulación! —grité—. ¿Y adivina qué? No les importó a los fundadores volver las simulaciones jodidamente reales.
—Rachel, debes calmarte.
—¡Suéltame! —se apartó preocupado—. Lo siento, Alex —traté de calmarme—. Como dije todo ha sido estresante y estoy cansada, mis simulaciones se vuelven más y más complicadas y temo que en algún momento realmente esté lastimado a...
—Ethan —apartó la mirada—. Descuida debe estar bien.
—¡Alexander Coleman!
—Creo que es mi turno, te veo después.
Quería relajarme un poco, tener al menos algo de tranquilidad por un momento, pero mi madre arruinó también eso, no sabía qué hacía ahí, pero se estaba acercando a mí, caminando con tranquilidad, mirando a su alrededor como si todo le pareciera asqueroso, por ser una fundadora sentía que tenía el poder absoluto de las cosas.
—Rachel.
—Layla.
—Veo que has perdido el respeto hacia mí.
—Descuida, solo desde que me enteré que te acostabas con tu compañero de trabajo.
—Insistes con eso.
—¿Qué quieres?
Entre más pronto terminemos esta charla, mejor.
—Pronto se sabrá quienes son los seleccionados para pasar a la fase tres del programa, aunque existan personas que hayan sobrevivido esta semana, no todas tendrán la puntuación necesaria, nos veremos en la necesidad de sacarlos del programa.
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PROGRAMA F3
Ciencia FicciónLa ciudad estaba en completa oscuridad, pero ellos no se encontraban solos, Rachel, Ethan y Zach, 3 desconocidos con una cosa en común: el miedo a morir. Deberán sobrevivir a las criaturas de la noche y llegar al domo, un lugar que promete ser su s...