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En un principio y, sosteniendo lo ahora, dije que no quería amigos.

No se cuantas veces se lo voy a tener que decir a la cara a Yoshida para que lo entienda y de paso, repetirme lo yo porque parece que de todas formas salgo con él como si en verdad fueramos amigos. Cosa que dije que no seríamos.

Pero aquí estoy, saliendo del instituto con Yoshida.

En dirección a su casa.

—¿No irás con tus amigos a bailar? —le pregunto, en el trayecto silencioso que tenemos.

—No vamos cada día, es bueno descansar a veces —contesta, encogiéndose de hombros.

—¿Qué días van? —sigo la conversación ¿por qué? Ni idea pero estar callado todo el rato me estaba poniendo de mal humor y lo único que busco ahora es distraerme, por eso acepte ir con él y sus hermanitas ¿no? Sí, obvio, no es por otra cosa.

—Martes y viernes, a veces los sábados.

—¿Desde cuando bailas?

—Desde los nueve años, yo...bueno, mis padres me inscribieron en ballet cuando era muy pequeño —¿qué dijo?

—¿Qué? ¿Ballet?

Sus mejillas de ponen rosas.
—Sí, eso fue...antes de que mi padre muriera, desde entonces no he vuelto a bailar eso —responde, mirando hacia el frente mientras sujeta las cuerdas de su mochila.

—Lo siento —no debí ser un metiche y preguntar.

—Descuida, eso fue hace solo cuatro años —eso me hace sentir peor ¿por qué tuve que seguir preguntando? Soy un completo imbécil.

—Vale...

Esa respuesta está peor.

¡Rápido, piensa en algo!

—¿Cómo vamos a ir al acuario? ¿En taxi? —cambio el tema. Yoshida me mira de reojo y hace una pequeña sonrisa con sus labios cerrados.

—No, voy a conducir hasta allí.

—¿Sabes conducir?

—¿Tú no? —levanta una ceja.

—Ni siquiera se manejar una bicicleta —bufo.

Él se ríe. —No inventes ¿en serio? —asiento, para su diversión lo cual lo hace reír con más fuerza —¿Qué hacías de niño? ¿Quedarte en casa todo el rato?

—Obviamente no, siempre iba a jugar con Heather y...Kira...mierda...

—¡Hey, espera! —dice Yoshida cuando lo jalo bruscamente del brazo para ocultarnos en un callejón. Le tapo la boca con mi mano para que no haga ruido justo cuando veo pasar a Kira y Nagisa.

Aguardo unos minutos hasta que estén bastante lejos y, quito mi mano de la cara de Yoshida.

—¡Joder! ¿Qué te pasa? Casi me muero del susto —respira agitadamente, llevándose la mano al pecho.

—Disculpa, no se que me pasó, creí ver a alguien y pues... Lo siento —me rasco la nuca.

—Da igual —se repone, volvemos a caminar llegando finalmente a su casa. Desde la acera podemos ver por las ventanas varias personas rondando por la casa.

—¿Quieres que te espere aquí? —le pregunto.

—No, tranquilo, puedes venir.

Avanzo con él hasta su casa, en cuanto abre la puerta algo me da de lleno en el rostro con fuerza.

Las apariencias cambian © [ Yaoi/Gay/BL ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora