Capitulo 3- ¡Te Odio!

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Habían pasado ¿días? No lo se, yo solo se que el me traía comida como.... ¿dos veces al día?, no lo se, no sabía si era de dia o de noche, me la pase llorando, le pedía que me sacara hasta quedarme dormida, me daba atún con verdura todos los días y me dejaba botellas con agua, me trajo un cepillo de dientes y una pasta dental, papel higiénico y si, tenía que hacer del baño ahí, lo peor es que había una cámara que grababa todo, es incómodo y asqueroso hacer tus necesidades y pensar que te están viendo, pero ya que, no me quedaba de otra. Ya era ¿un día nuevo? No lo se, trate de hablar con el varias veces pero el no soltaba ni una palabra y cuando no quería comer el me obligaba hacerlo, eso fueron las primeras 4 comidas, después ya comí por voluntad propia.

El entro a la habitacion, tapado de la cara como siempre, con... ¿cobijas? En sus manos

- Levántate - me ordenó

Yo le hise caso y me levamte de la cama y me hise a un lado

- que harás? - pregunte mientras lo miraba

- cambiar las sábanas - dijo empezando a quitar las sábanas y cobijas del colchón, y estaba hincado

- sabes que puedo atacarte, estas en una posición vulnerable

- pero no lo harás

- porque lo crees?

- porque si me matas no saldrás nunca de aquí, porque no traigo ni llaves ni nada conmigo más que mi ropa, y solo causaras que morirás de hambre lentamente a menos de que te hagas caníbal para poder sobrevivir pero de todas maneras morirás- dijo mientras tendía mi "cama"

De mis ojos empezaron a caer las lágrimas sabiendo que no saldría de ahí

- Porque?

- mm?

- porque me secuestraste! A mi!

- no grites

- no me pidas que no grite! Tengo todo el derecho de hacerlo porque me tienes como un animal comiendo pura comida enlatada y en estas pésimas condiciones!

El se para rápidamente y me tomo de los brazos precionandolos contra mi cuerpo pero no es nada fuerte o brusco solo hasia una pequeña presión, nuestros ojos se miraban y el me dijo

- en estas condiciones?, te estoy tendiendo el colchón, que no vez?

- te odio. Te odio. Te odio. Te odio!. Te odio!. ¡Te odio! - le repetí con coraje

- Ahora la tiendes tu - me soltó, tomo las cobijas sucias y salio el cuarto asotando la puerta

Rompí en llanto más fuerte y me deslice por la pared hasta sentarme en el suelo, abracé mis piernas y lloré apoyando mi cabeza en ellas. No se cuanto dure llorando pero llore hasta quedarme dormida.

Paliacate NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora