CAPITULO 22: Año Nuevo

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31 de diciembre al fin, y me da gusto pensar en lo pacíficos que han sido estos 5 días.
Después de dejar mis cosas en mi habitación de la Universidad, las cosas ha seguido su rumbo con normalidad.
No he vuelto a ver a Iván y he intentado no pensar en él, aunque me ha resultado muy difícil.
Cada que salía a la valle con mis padres, pensaba en qué sucedería si me lo encontrase por ahí.
Es una vieja costumbre que adquirí cuando me enamoré de Iván la primera vez. En ese verano, pasaba todos los días soñando despierta, pensando en que tal vez Iván podría pasar por mi casa por casualidad, o incluso, en mis más locas fantasías, creía que llegaba a buscarme.
Sobra decir que nunca pasó nada de eso y mis esperanzas terminaban rotas.
Luego me si cuenta de que no era su culpa. Era mía. Solo mía, así que en un momento dado, simplemente me obligué a mi misma a no buscarlo por las calles. Me obligué a no fijarme en los autos que pasaban frente al nuestro, buscándolo dentro de alguno de ellos. Me obligué a no buscar sus rizos claros entre la gente.
Parece una locura, pero sé que, aún con varias personas similares a Iván, lo reconocería a él en donde fuera.
Pienso si esto que siento por él es enamoramiento, capricho u obsesión. Sea cual sea, sé que debe terminar. Por mi bien.
Termino de cepillar mi cabello y lo ato en una coleta alta. Combino la blusa de cuello alto con una mini falda de mezclilla y me coloco unos botines azules, a juego con la blusa.
Mientras me tomo mi tiempo para arreglarme, intentando hacer todo con mucha lentitud y tardarme horas si es posible, pienso en lo que me espera esta noche.
Mamá invitó a Iván y su familia a la cena de fin de año. Además de ellos, la familia de Joshua también vendrá, así que debo prepararme para cualquier suceso inesperado que ocurra en el transcurso de la noche.
Bajo a la cocina para ayudar a papá con la cena.
Usualmente mamá cocina en épocas especiales, pero la cena de fin de año es la especialidad de mi padre. En primera porque siempre consigue una nueva receta para preparar, y en segunda, porque su abuela solía decir que las personas que cocinan el último día del año, tendrán buena suerte el siguiente.
No soy la persona con la mejor suerte en el mundo, así que decido creer en las leyendas antiguas y bajo a ayudar a mi padre con la cena.
La preparación de la comida siempre es larga y se demora mucho más en cocinar, así que decidimos armar el año viejo hasta mientras.
En los países latinoamericanos es costumbre armar figuras con paso el y quemarlas minutos antes de que dé la media noche. Por lo general se forma a una persona de la familia para atraer la buena suerte y alejar lo malo del año que se acaba.
En el caso de mi familia, siempre hemos hecho cinco figuras, una de cada uno, de esa forma, quemamos todo juntos y atraemos lo bueno como familia.
Las horas pasan y decidimos pedir pizza para apaciguar el hambre hasta la hora de la cena.
La familia de Joshua llega al atardecer, con el postre y sus respectivos años viejos. Los dejan en el jardín junto a los nuestros y comemos la pizza que trajeron ellos esta vez.
Así es, doble pizza en un día.
Amo las fiestas.
A las 8 p.m. el timbre suena y mis nervios se alteran.
Mamá va a abrir y yo subo a mi habitación con Joshua.
Sé que quedé como una cobarde, pero no podía hacerlo.
No me siento capaz de verlo con indiferencia y olvidar todo lo que pasó.
- ¿Cómo está Simón? - pregunto terminando con el silencio.
- Bien, normal. En la universidad le asignaron un nuevo proyecto y está muy emocionado con eso.
- ¿De qué se trata?
- Es algo como un programa piloto híbrido que incluye prácticas profesionales para los alumnos y de paso labor social en lugares de América Latina
- Joshua, eso es increíble - respondo feliz ante las buenas noticias.
- Si - su mirada se ve triste - Es el que dirigirá al primer grupo. El plan piloto empezará en septiembre del siguiente año y el se irá, así que no creo que sea algo muy bueno - lanza y noto sus intenciones.
- Lo siento - es lo único que puedo decir - Nunca quise que esto pasara.
- Lo sé, Anni - suspira y me mira - Pero al menos pudiste dejar de hacerlo
- ¿Dejar de hacer qué? - pregunto confundida.
- Acostarte con Iván, Anahi - su tono enojado me pone alerta.
- Lo hice una vez - me defiendo - No sé de qué hablas
- ¿Recuerdas el chat grupal del colegio? - pregunta y asiento - Meredith escribió con pelos y señales lo que pasó entre Iván y tu ese día, y les dijo a todos que ahora tú ocupas su lugar. Para nadie es un secreto que la relación de ambos era de carácter sexual más que emocional y ella confirmó que ustedes dos, al vivir en la misma casa, pues seguían con esa relación.
- ¡Maldita! - no puedo creerlo. Tenía la esperanza de que esto fuera un rumor o algo así, pero la loca lo confirmó todo
- Miranda Anahi Bach - la voz de mamá en mi puerta apaga mi furia al instante - ¿Me quieres explicar por qué eres tan grosera y te vas sin saludar a nuestros invitados?
- Mamá, yo...
- No digas nada - me interrumpe - Ahora mismo vas a bajar y darás una excusa convincente que disculpe tu mal comportamiento.
- Si, mamá - no tiene caso discutir razones ni excusas con mamá. Puede ser muy relajada pero también es muy estricta con respecto a los modales, así que bajo a la sala a enfrentarme cara a cara con el fruto de mis decisiones.
Siento la mano de Joshua en mi hombro, apoyándome, y llego donde se encuentran los tres Scott.
Me disculpo diciendo que tenía mi habitación muy desordenada y ellos parecen creerme, después de todo, vivimos bajo el mismo techo varios meses y saben que soy una mala combinación entre perfeccionista y distraída.
- Tenemos una buena noticia que darles - habla la madre de Iván con emoción - Fuimos al pueblo de mis padres de visita y de paso a ver si hay algún avance en las investigaciones contra la mujer que nos estafó y el abogado dijo que la habían encontrado. Al parecer gastó bastante dinero, pero la mayoría está intacto y a nuestro nombre nuevamente - los ojos se le humedecen y Julieta toma su mano - Recuperamos todo lo que nos fue arrebatado.
- ¡Oh, Constanza, que alegría! - exclama mamá y se acerca a abrazarla.
Las clones abrazan a Julieta y papá le da un apretón cariñoso a Iván. Todos los felicitan, incluyendo Simon y su familia. Yo me quedo al final y al ver a Iván, lo abrazo con frialdad.
Estoy segura de que si los abrazos transmiten emociones, el mío sólo dejó al descubierto mi indiferencia.
Voy logrando sacarlo de mi vida poco a poco, pero por dentro, brinco de alegría al saber que ahora están bien.
Era lo único que quería.
- Ahora - habla nuevamente Constanza con lágrimas en los ojos - Sé que nunca podré pagarles todo lo que hicieron por nosotros - mira a mamá y papá - Pero compramos regalos para la familia que nunca nos dio la espalda.
Antes de que saque los obsequios, la familia de Joshua se retira al jardín para darnos privacidad.
Constanza, Julieta e Iván entregan un regalo a cada uno de nosotros.
Decido no abrirlos hasta mañana, pero la curiosidad me gana.
Me disculpo para ir al baño y subo con los obsequios. El regalo de Iván era una caja pequeña. Con cuidado quito el envoltorio y una caja gris con violeta guarda una pulsera de hilos. Tiene un dije en la mitad de una flor de vainilla de hermosos colores.
Siento mis ojos picar y dejo la caja sobre mi mesa de noche.
Maldito seas Iván y tu talento de tirar por la borda mis esfuerzos por olvidarte.

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Eso fue emocionante de escribir, sobretodo el asunto del regalo. Se me aceleró el corazón.

La pulsera está en multimedia.

Ahora, tengo una pregunta.

¿De donde vienen, cómo celebran el año nuevo?

Cuéntenme sus tradiciones para conocernos mejor jeje.

En fin.

Eso es todo por este capítulo.

Vayan a leer el siguiente.

Los quiero mucho y nos leemos.

Un beso.

😘

Siempre volveré a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora