⌜ M o u n t E v e r e s t⌟

𝙛𝙞𝙧𝙚

Ese sonido una y otra vez, no se apaga. Doy vueltas en mi cama tratando de encontrar mi celular hasta que termino en el suelo por no medir que tan cerca estaba de la orilla. Siento un dolor inmenso en mi nariz por el golpe contra el suelo; genial, ahora no sólo me duele la cabeza si no también la nariz.

— Jeon, ¿estás despierto? — escucho la puerta de la habitación abrirse y detrás de ella aparece mi hermana brillante y arreglada como siempre. Me busca con la mirada al no encontrarme sobre la cama, por lo que camina hacia mi teléfono para apagar mi alarma y me ve tirado en el suelo, confundida.

— Ahora lo estoy... — gruño al levantarme y sentir mi cuerpo pesado debido al golpe. — ¿Qué sucede?

Suelta una leve risa mientras ayuda a levantarme. — ¿En qué momento te caíste?

— Trataba de apagar la alarma sin abrir los ojos.

—Mala idea supongo. — alborota mi cabello y hace una mueca de desagrado al ver mi rostro.

— ¿Qué pasa? — cierro un ojo al sentir la luz del enorme ventanal en mis ojos.

— Te sangra la nariz y te abriste el labio... — susurra mientras toca mi labio levemente, por lo que yo me altero al sentir el suave toque en la herida recién abierta. — Ve a ducharte y en un momento te curo.

Ella se voltea hacia la mesa de noche y saca un pañuelo, el cual yo tomo sin rechistar y lo pongo sobre mi nariz. — No hagas tu cabeza hacia arriba ni tampoco  aprietes el pañuelo contra tu tabique, deja que la sangre salga y ya te reviso después, ¿ok? — asiento sin muchas ganas de hablar, por lo que me mira a los ojos buscando alguna respuesta de mi parte. — ¿Quedó claro?

— Sí, doctora Jeon. — digo con cierto sarcasmo al escuchar cierta seriedad en sus palabras. Sonrío levemente y me acerco hasta ella para dejar un beso en su mejilla, manchándola sin querer.

Aguanto la risa y aprieto mis labios al ver que no se da cuenta; ella da la vuelta y sale de la habitación sin más. Camino hacia el cuarto de baño donde quito mi ropa mientras abro la llave del agua, entro a la regadera dejando que el agua caiga sobre todo mi cuerpo y viendo como el agua quitaba la sangre de mi rostro.

No sé el porqué siempre que me baño pienso en cosas sin sentido, pero esta era una excepción, ya que lo único que venía a mi mente era mi familia y todo lo que pasé con ellos o por ellos. Nunca fui ese tipo de persona que recordara momentos malos de las personas que me rodean, incluso de las personas que en algún momento llegaron a ser malas para mí o causaron un mal en mí. Termino de bañarme lo más pronto posible ya que no sabía la hora que era y no podía llegar -de nuevo- tarde a clases. Al ya estar vestido, bajo las escaleras para encontrarme con mi hermana sentada en la isla de la cocina desayunando, por lo que me acerco a ella y dejo un pequeño beso en su cabeza y me siento a su lado.

— Parece ser que el señor Jeon ya está despierto. — suelta una leve risa sin dejar de ver la pantalla de su celular.

— Digamos que sí... — bufo suavemente y hago una pequeña cara de disgusto al darme cuenta del apodo de ella. — No me llames así, me haces sentir como...

— ¿Como nuestro padre? — susurra mirando por arriba de sus lentes esperando una respuesta de mi parte.

Mi queridísimo padre, nótese el sarcasmo en mis palabras. Mi padre es un hombre recto, de carácter demasiado fuerte y de mente no muy abierta; siempre me crío como al él lo criaron, con mano dura y sin tanta misericordia, es el tipo de hombre que si las cosas no se hacen a su manera significa que están mal hechas y te castiga. No es de decir te amos, te quiero o estoy orgulloso, es todo lo contrario; "Me decepcionas", "eres una desgracia para esta familia", "no mereces el apellido", etc etc. ¿Por qué lo odio? sinceramente no lo odio, pero no me gusta ni tengo ganas de hablar sobre él, ¿por qué? la lista de razones es demasiado larga para decirla así porque sí. Básicamente las razones que tengo son más que suficientes para no querer ni mencionar su nombre o tan solo mencionarlo en una conversación.