3- Grito del alma𒈞

31 12 4
                                    

~Habitacion de asesinos~

–Porque no pusiste una demanda?– dijo Esteban con un tono molesto.

–Porque apenas había llegado a la ciudad, además .... No hubo problemas para defenderme, oye no se supone que no me detendrías hasta terminar?– una sonrisa de alivio se me escapó.

–Se que no fuiste tú, pero no puedo cambiar la opinión del juez sin evidencias, de verdad quiero escuchar tu historia pero necesito que me digas algo que nos pueda ayudar– dijo preocupado, tomándome del hombro.

–De que servirá?....– respiré profundamente para contener el llanto– él no volverá....– de inmediato me interrumpió.

–pero te aseguro que él, no hubiera querido que estuvieras a solo unas horas de ejecución por algo que no cometiste.

–Casillero 57, la combinación está en la puerta del casillero pero, tendrá que verla con un espejo ya que está inverso... No se moleste en buscar en las cámaras....– no aparté la mirada del piso.

–No tardaré, recuerda que no puede pasar nadie a menos que lo autorices tú, lo digo porque los padres de la víctima están aquí y quieren hablar contigo.

–Dejalos pasar, no creo que ocurra nada malo– sonreí para no preocupar a Esteban.

–Estaré cerca por cualquier cosa, de igual manera, hay una camara que me mostrará lo que pase cuando esté afuera, estás seguro que no quieres que te acompañe?– me miró a la cara y suspiró.

Cuando dejó la habitación, me sentí más solo que nunca, al pasar unos minutos, un guardia entró con los padres de Deivid.

–tienen 10 minutos, estaré afuera por si necesitan algo– cerró la puerta de la habitación.

–Serán suficientes– Susurro el señor Scott.

Me puse en pie y como era de esperarse, empezó a golpearme, mientras que su esposa intentaba detenerlo, era evidente que el guardia escuchaba el desastre pero no intervenía.

–Eres un cobarde– decía lleno de rabia al golpearme la cara
–confiamos es tí– me empujó contra la pared.

–Ya basta, lo matarás, Erick detente.– la señora Scott llena de nervios intentaba detenerlo.
–aun no sabemos si es culpable– empezó a llorar.

–El mató a nuestro hijo, lo vieron como sacaba el cuchillo de su estómago– las lágrimas empezaron a caer en sus mejias, seguía golpeándome.
–Nunca debí permitir que mi retoño.... Estuviera con alguien como tú.... Es tu culpa.... Tú lo mataste...– empezó a llorar.

Aunque estaba cubierto de sangre por los golpes que me había causado, la verdad estaba dispuesto a morir bajo sus puños, ese dolor, esa rabia, esas lágrimas, las había provocado yo.

–Te veré en el infierno desgraciado– Sus manos rodearon mi cuello y poco a poco hiba perdiendo oxígeno.

La puerta se abrió de golpe, Esteban llegó con más guardias y lo detuvieron.

–Adrian, mírame, no puedes rendirte, lucha por él si realmente lo amabas– me tomó el pulso y llamó a los médicos del lugar para que me atendieran.

𖣘-El invierno más frío sin tí-𖠄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora