Capítulo 10: Inocencia

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DEVON

Coloqué ambos pies en la butaca de adelante, ignorando el cartel pegado en la parte trasera de aquel asiento que decía lo contrario, y me concentré por mirar la pantalla.

El teatro era significativamente grande para estar ubicado en el medio de la ciudad, y la pantalla que colgaba en el centro del escenario lucía pequeña si la comparabas con las cortinas que colgaban a los costados.

No entendía muy bien lo que estaba sucediendo en la película, y tampoco tenía intenciones de hacerlo, me encontraba allí con el único objetivo de analizar el lugar en busca de un rincón lo suficientemente bueno como para abrir otro portal.

No habían muchos espectadores además de mí, lo cual tenía sentido, era un miércoles por la noche y estábamos viendo una película de Halloween a mitad de Enero.

Aquel teatro no acostumbraba a pasar películas, solo hacía proyecciones de películas viejas una vez cada quince días. El lugar perfecto para idiotas fanáticos del pasado que harían lo que fuera por haber nacido en aquellas épocas, donde todavía no existía la máquina para hacer café o los celulares, y el lugar perfecto para un portal.

Miré a mis alrededores al escuchar como alguien parecía asustarse del vampiro de colmillos falsos que apareció en la pantalla en primer plano, y sonreí con una pizca de malicia al reconocer que, a diferencia del resto de los espectadores, se trataba de una joven de cabello castaño en la fila de abajo y unas pocas butacas a mi izquierda, que ahora se cubría del peligro detrás de su mano y miraba hacia el costado.

Por culpa de su escondite, no pude ver su rostro, pero su reacción había sido suficiente para querer molestarla por un rato.

Sin hacer mucho ruido, comencé a desplazarme de asiento en asiento hasta llegar a la butaca detrás de ella, y esperé en completo silencio hasta que la película llegara a una parte con suficiente atención para comenzar a acercarme hacia ella.

Ahora me encontraba a unos pocos centímetros de ella, y me limité a respirar lentamente para que no sintiera mi presencia, mientras reconocía el perfume dulce que se desprendía de su cuello.

Cuando el personaje principal abrió la sospechosa puerta, no tuve mejor idea que hablar con tranquilidad.

–¿Disfrutando la película?

La castaña no tardó mucho en gritar, lanzando una considerable cantidad de sus palomitas al suelo mientras daba un pequeño salto en su asiento, y no pude evitar reír ante su reacción.

–¡Me has asustado! –se quejó disminuyendo la voz.

–Esa era la intención. –la piqué para luego estirar mi mano hacia adelante, por arriba de la butaca de al lado suyo–. Devon, un gusto.

Ella pareció considerarlo antes de tomar mi mano, y reconocí que unos anteojos con el marco transparente descansaban en el puente de su nariz. Tenía ojos marrones y un flequillo que se abría hacia los costados.

–Margo. –se limitó a contestar ella, mientras miraba de reojo a la película.

Todavía con su mano enlazada en la mía, escuché como alguien susurraba mi nombre a mi derecha.

Voltee al reconocer que Cassandra finalmente había vuelto, y me dispuse a abandonar a mi nueva amiga.

Todavía me encontraba apoyado sobre la butaca de al lado suyo cuando Margo soltó mi mano, y me dediqué a acomodar un mechón más largo de su flequillo que ahora parecía obstruir con su visión.

–Sabes, no existen los vamipiros. –le rompí la ilusión mientras pasaba mis dedos por detrás de su oreja más lejana y acercaba mis labios a la otra, rodeándola con mi brazo–. El diablo, de todas formas... –revelé en un susurro, avanzando con mis dedos hasta su cuello y sintiendo como se le erizaba la piel.

HELLBORN: El regreso del fuego [En curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora