Recuerdos de Fukurodani ~ Bokuto Kotaro

~1: Reencuentro~

Los balones chocaban con el piso, los minutos pasaban y los puntos aumentaban. Era la primera vez que Bokuto Kotaro pisaba tierra americana y era ni más ni menos que para jugar contra uno de los equipos más fuertes de Estados Unidos. El equipo de Arizona era fuerte pero el de Tokio no se quedaba atrás.

Tenía ya varios años jugando profesionalmente. Tras haber sido capitán en la academia Fukurodani, Bokuto había sido llamado por un cazatalentos y de esta forma se inició en el mundo del deporte profesional. Era uno de los más codiciados de su país natal y probablemente sería uno de los competidores más difíciles en cada país que pisaba.

—¡Balón libre! —gritó el líbero del equipo mientras enviaba el balón al setter.

El balón llegó a las manos del ex búho y este lo golpeó con fuerza. Impactó en el suelo del otro lado de la red apuntando un nuevo punto para Tokio.

El equipo festejó alabando al chico y su gran talento. Había demostrado su gran habilidad a lo largo de todo el partido. Pese a su gran carisma y gigante sonrisa, muchos de sus oponentes le temían a sus habilidades y su fuerza. El impacto de sus remates estaba cerca de romper algún hueso. Esa era la razón por la cual le temían.

Uno, dos , tres puntos seguidos para Tokio y finalmente se le dio la victoria. Bokuto levantó los brazos en señal de victoria y sonrió ampliamente mientras los flashes de las cámaras lo cegaban. Tras saludar al equipo oponente e intercambiar unas escasas palabras, principalmente por el idioma, se le dio un nuevo aviso al equipo.

—Nos han invitado a un evento de la organización deportiva del estado. Habrán personas importantes dentro así que espero sean respetuosos y tengan etiqueta. —avisó uno de los managers del equipo mientras les pasaban botellas de agua y toallas.

—¿Etiqueta? ¿Deberemos usar traje? —se quejó Bokuto mientras secaba el sudor de su frente.

—Y se bañan. Por favor. —bromeó el chico mientras hacía el ademán de taparse la nariz por el hedor.

Bokuto levantó un brazo y olió su axila.

—No huelo tan mal. —protestó en voz baja mientras tomaba su mochila.

—¡Igualmente se tienen que bañar! El evento es en la terraza del hotel en donde se hospedan así que podrán arreglarse con tiempo. —terminó por comunicar.

Bokuto ya no estaba prestando atención. En cambio, estaba sumergido en los mensajes de su teléfono. Entre tantos mensajes de felicitaciones, el único que le importaba era el de su mejor amigo. Sabía que ese mensaje era el único con genuina felicidad.

"Te viste genial. Grabé el partido para cuando regreses a Tokio. Asegúrate de comer bien."

Bokuto sonrió, Akaashi a veces parecía su mamá.

—Andando. —dijo Atsumu Miya, uno de los integrantes del equipo donde Bokuto jugaba mientras lo empujaba de la espalda en dirección a los vestidores.

Tendrían tiempo de arreglarse en el hotel por lo que nadie del equipo se baño en aquel lugar, solamente se secaron el sudor y se pusieron prendas cómodas para el camino. Dentro del camión que habían rentado era todo un caos. Algunos cantaban, otros gritaban, festejaban o lloraban de felicidad. Bokuto iba cantando junto a Hinata Shoyo, uno de sus amigos que igualmente jugaba con él. Era con quien mejor se llevaba del equipo.

Tras casi media hora llegaron al hotel y para fortuna de todos, tenían cuartos individuales. Eran lujos que se podían dar por ser de los mejores equipos de Tokio.

Tal y como les habían dicho, Bokuto se bañó y se vistió con un saco gris a juego con sus pantalones, debajo traía una simple camisa negra. Ni tan formal como para sentirse incómodo pero lo suficiente para hacer acto de presencia en el evento.

De cierta forma, usar un saco gris le recordaba al uniforme de su preparatoria. Sonrió con nostalgia al verse al espejo. Se tomó una selfie al espejo y se la envió a su mejor amigo.

"Me recuerda a los viejos tiempos." Escribió en el mensaje donde adjuntó la foto.

No esperó respuesta. Salió de la habitación mientras se peinaba su cabello hacia abajo, no había llevado gel ni spray para peinarse como usualmente lo hacía. Se miró en el espejo del elevador mientras los pisos subían. Las puertas se abrieron dejando ver aquella terraza al aire abierto. Luces colgantes iluminaban tenuemente al lugar mientras que una agradable música sonaba y las personas andaban de un lado al otro.

Con la mirada alcanzó a visualizar al resto del equipo quienes le hacían señas y comenzó a caminar en aquella dirección. Un mensaje llegó a su celular y mientras iba en dirección a sus amigos, abrió el mensaje, era de Akaashi.

"Estaba buscando las fotos del álbum de la preparatoria después de que enviaste tu foto. Mira lo que encontré." Al mensaje se le adjuntaba una foto que Bokuto recordaba con mucho cariño.

Era una foto donde estaba él junto a Akaashi. Frente a ellos, haciendo una pose de paz con ambas manos, estaba una chica, la primera y única novia que Bokuto tuvo en sus años de preparatoria. Una joven chica de una enorme sonrisa, su cabello era corto a los hombros en un lindo tono rubio teñido. El chico la recordaba con una sonrisa y mucho gusto.

—Kotaro. —llamó uno de los chicos del equipo en cuanto él llegó a ellos.

No estaba prestando atención por lo que no notó que ya estaba ahí. Seguía sumergido en sus pensamientos.

—Bokuto —lo llamó su entrenador haciendo una seña para que fuera. Hizo una sonrisa mientras caminaba hacia él—. Menos mal te bañaste —bromeó mientras le daba una palmadita en el hombro —. Quiero presentarse a la organizadora de este evento. —dijo mientras señalaba a la chica frente a ellos.

—Bokuto Kotaro. Un gusto. — se presentó haciendo una reverencia, luego recordó que estaban en el occidente y tendió la mano que la chica tomó.

—Iré a preguntar por la cena. En un momento regresó. —se excuso el señor mientras daba media vuelta.

La chica sonrió al mismo tiempo que Bokuto la imitaba pensando que se pondría incómodo el ambiente.

—Me sorprende que no haya reconocido. Ko-chan. —dijo la chica con una sonrisa picara.

Al escuchar aquel apodo, Bokuto abrió los ojos con impresión y miles de recuerdos llegaron a su mente.

—¿Momo? —preguntó casi sin poder creerlo.

—Presente. —bromeó la chica mientras pasaba uno de sus largos mechones negros por detrás de su cabello.

—¡¿Momo?! ¿Nagata Momo? —volvió a preguntar. No era nada como él la recordaba.

Era mucho más alta que la última vez que la había visto, su cabello era totalmente distinto y claramente su cuerpo había madurado bastante bien, tanto que él no podía concebir que eran la misma persona. Al ver sus hermosos ojos de un color rubí brillante pudo confirmar que, definitivamente, era la misma chica que él conocía.

Casi sin poder pensar de forma correcta, Bokuto se lanzó abrazando a la chica. Afortunadamente ella correspondió al abrazo dejando salir una pequeña risa. Su risa era idéntica a como él la recordaba.

Al separarse, el chico no podía dejar de mirarla de arriba a abajo, le costaba aún aceptar que era la misma chica. Estaba verdaderamente impresionado.

—Te ves... woow... No sabia que tenias el cabello negro naturalmente. —dijo el chico sin poder borrar su sonrisa.

—Saliendo de la preparatoria decidí ya no pintarme el cabello, se me dañaba mucho. Pero ¡Hey! No te quedaste atrás. ¿De donde diablos sacaste estas armas mortales? —preguntó en broma mientras tocaba los brazos del chico— Estaba mucho más alto que antes también. Mira —dijo mirando el cabello del chico y acariciando un mechón —, ya no te peinas en punta.

—Generalmente lo peino como antes pero hoy no fue la ocasión. —dijo con una pequeña risa. Justo el día que no tenía gel se venía a encontrar a su primera novia.

—¿Qué dices de tomar una cerveza juntos y recordar los viejos tiempos? —propuso con una sonrisa picara.

—Será un placer, mi querida princesa Momo. —bromeó haciendo una reverencia formal haciendo que la chica dejara salir una risa.