♫ : ❝ Como las cuerdas de un piano mal afinado, Min Yoongi tropieza con la retrospectiva de su vida y estalla con el presente de su familia. Mientras reconoce a Jung Hoseok, bajo una antigua leyenda de la música, deberá aprender a dejar sus heridas...
Choi Eun-yeong es su terapeuta desde los diez años. Lo acompaña en silencio desde siempre. También calla sus secretos más oscuros, cuyos le contó cuando cumplió la mayoría de edad. Esos que llevaba más de diez años intentando saber, pues tienen una incidencia directa en la personalidad de Yoongi. Apenas hace unos meses lo ha logrado unir todo.
¿Cómo es que no lo supo antes? Eunyeong se continúa preguntando cada vez que lo ve.
Se conocieron un día lluvioso de enero, a poco tiempo de que Yoongi cumpliera los diez años. La consejera de la escuela lo envió con ella, porque sus notas estaban comenzando a bajar de manera considerable por razones que no contaba a nadie y que hoy Yoongi no recuerda.
—Me decías que tu padre estaba regañándote mucho —le respondió Eunyeong una vez—. Y que también estabas preocupado, porque Jungkook se había enojado contigo por un tema. Nunca supe de eso, lo olvidaste rápido.
Si bien Yoongi ha avanzado durante su adolescencia gracias a ella, es muy lento y poco constante. Avanza un paso cuando cualquier otro ya ha avanzado veinte. Y si su madre se entromete, es mucho peor.
—¿Estás bien con eso? —cuestiona Eunyeong.
—No lo sé. Quiero visitar a Jungkook, pero sabes que no soporto ver a mi madre.
—Toma lo bueno, Yoongi.
—¿Qué hay de bueno en una casa que no se siente un hogar, Eunyeong? Sólo tengo malos recuerdos.
—Hay personas que te aman, como tu abuela.
—Supongo.
—Y él no está.
Yoongi sonríe satisfecho.
Ella no debería decir algo como eso.
Ambos lo saben.
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