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—¡Nos vemos el lunes! —grita Lena fuera del autobús—. ¡Los voy a extrañar!

Yoongi mueve su mano en forma de despedida tanto para ella como para Hoseok, quien está casi aprisionado por el agarre que su amiga tiene en su brazo.

Le echa un vistazo a Kimma a su lado y sonríe. Luego se coloca los auriculares para lograr tragarse con relajo el largo viaje de visita a casa.

Sólo casa.

Sin Jeon Jungkook no es su casa.

Vuelve a casa con una madre que no soporta, oh, y su abuela, durante dos días, después de casi cinco meses lejos. Una pequeña visita antes del festival de verano.

Después del festival de verano vuelve a casa también, pero de vacaciones.

No está seguro de lo que va a encontrar en Yeobo esta vez, pero al menos sabe que ya no va a encontrarlo a él. Así como tampoco a Jeon Jungkook afuera corriendo a sus brazos para decirle que lo extrañó. Lo cual es mucho peor.

—Yoongi. —Kimma le ha quitado el auricular a la fuerza mientras él finge estar dormido—. Tenemos que bajar.

En la estación de autobuses se encuentran solos, esperando un taxi que los lleve a casa a estas horas de la noche, cuando ya han sido ocupados todos en el sitio.

—¿Tienes frío? —pregunta Yoongi. Kimma sólo lleva un vestido de flores.

Ella asiente en respuesta. Él deja su mochila en el suelo un segundo para quitarse la chaqueta y ponerla sobre los pequeños hombros de Kimma. En realidad, no siente frío, a pesar de que de inmediato el calor de su cuerpo se ve reemplazado por el viento. Está más que nervioso por volver a casa. Le tiemblan las manos y las piernas por esa razón.

—Gracias —musita Kimma.

—Cuídala. Y para la próxima trae un abrigo a mano.

La chica lanza una pequeña risotada y le golpea en el brazo con una fuerza que nadie esperaría de ella.

Detienen un taxi a pocos metros de ser robado por otra persona, así que corren para alcanzarlo antes que ella. Aunque al final terminan compartiéndolo, porque Kimma es demasiado benevolente para este mundo tan podrido.

Cuando Yoongi se encuentra en la puerta de su casa de toda la vida, debe tomar profundos respiros antes de sacar su llave y entrar. Ni siquiera le avisó a su madre que llegaría, cree que será una buena sorpresa para su abuela.

Las voces que resonaban cuando ha abierto la puerta guardan silencio. Saben que alguien ha entrado. Escucha a su madre murmurar algo, pero no comprende bien. A paso lento, también deja su mochila en el suelo y se encamina hasta la sala de estar. Donde su madre, su abuela y... su hermanito, lo miran con los ojos más abiertos que él.

—¿Hijo? —pregunta su madre.

Pero Yoongi está temblando y sus ojos se llenan de lágrimas de alegría cuando Jungkook se acerca a él para abrazarlo. Ni siquiera lo aguanta, llora con fuerza mientras se aferra al cuerpo de su hermano como si la vida le fuese en ello.

—¿Cómo? —balbucea.

Aparta a Jungkook para tomarle por las mejillas y besarle el rostro, como cuando era pequeño. Siente el salado sabor de las lágrimas de su hermanito y quiere detener su dolor para siempre.

—Le han dado arresto domiciliario —explica su madre—. El juez no cree que sea un peligro para nosotras por alguna razón.

Porque no lo es, arremete Yoongi.

Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora