''Jimin y Jungkook, los señores del infierno, se casan, pero... Su boda es algo única, ¿qué se espera del mismísimo Infierno?''.
💎Drama; Smut; Romance.
💎One shot [Terminada].
💎JK Top; JM Bottom.
💎No adaptaciones.
💎Separador y portada hechas p...
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Si de personas descaradas hablamos, definitivamente Jimin sería el número uno de la lista, seguido de su comprometido Jungkook.
Habían planeado meticulosamente durante varios meses su boda, muy elegante, con una pizca de extravagancia. Estaban muy emocionados.
Nada podría separarlos una vez unidos. Su amor tan puro y al mismo tiempo apasionado, daba para muchos celos y para otros admiración.
El simple hecho de verlos juntos, era divino, y durante mucho tiempo lucharon contra todo y todos, para llegar al punto más grande, una unión.
—¿Cómo te sientes?— preguntó su mejor amigo, sin dejar de verse en el espejo, acomodando su traje negro con pequeños detalles azules.
El chico hizo una mueca, se sentía nervioso, no mentiría; una boda no era algo para tomarse a la ligera, desde que sus padres, abuelos, bisabuelos, y demás, le contaban sus experiencias, se había sentido más emocionado, tal vez porque a lo largo de su corta vida fue que al fin había conocido al amor de su vida
Jeon Jungkook.
Ese chico en definitiva lo había enamorado hasta los huesos.
Park Jimin, se sentía muy afortunado de tenerlo en su vida, de a verlo conocido.
Por otro lado, Jungkook no estaba muy lejano a lo que Jimin sentía. Cuando conoció al pequeño pelinegro, su vida en automático se iluminó.
Al conocerse mejor, no había quién los separara, eran la pareja perfecta, destinadas para estar juntos por el resto de la vida, parecían almas gemelas.
Aunque Kim Taehyung, no estaba de acuerdo con ésto último, era el mejor amigo de Jimin, y proclamó a Jimin y a él mismo como almas gemelas. Y nadie más discutió eso desde ese día, ni siquiera Jungkook.
Lo importante es que a pesar de todo los problemas que puede pasar una pareja, pudieron solucionarlo. No todo fue color rosa, habían días oscuros dónde simplemente no querían ni verse.
Pero todo eso fue superado, ellos siempre buscaban solucionar sus problemas de manera madura y razonable. Y eso funcionaba muy bien.
—Me siento bien— contestó con una pequeña sonrisa en el rostro, acomodando una vez más su cabello, al tiempo que se dirigía al espejo y repetía la acción de su mejor amigo, acomodando su traje negro con pequeños detalles rojos.
Por un momento sintió la intensa mirada de Taehyung, por el reflejo del espejo. Su mirada era potente, vio como sus iris cambiaron a un color amarillo brillante.
Le dio una mirada rápida y le regaló una sonrisa tratando de tranquilizarlo, su amigo era todo un sentimental.
—De verdad me siento bien, Taehyung, ¿y tú qué tal te sientes?
Escuchó un pequeño suspiro, y apartó la mirada del espejo, el peliazul estaba haciendo un drama a minutos de su boda.
—No quiero que te alejes de mi vida, Jimin— soltó de golpe, con su mirada enterrada en el suelo.
