Capítulo 17:

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¡Será mi galán!

Habían pasado varias semanas, ya solo quedaban cinco días para mi fiesta. La emoción y los nervios me vibraban por dentro, tambien los tensión de que algo fuese a salir mal. Carlos Manuel luego de varias llamadas acepto mi propuesta, no sabíamos en qué punto estábamos, ni que éramos, porque no le di pie a nada, pero lo tenía convencido de que quería algo con él, aunque no fuésemos novios <<mis dotes para enamorarlo fueron los mejores>>. En aquellos momentos era el quien me llamaba diariamente y a toda hora ¡Estaba siendo un poco incómodo ya!, pero debía seguir fingiendo que todo iba bien.

Carlos y yo nos pusimos reglas para que todo fluyese bien, no comprometernos y todo fuese a su paso.

Regla #1: Nadie en la escuela se podía enterar que teníamos feeling o nos gustabamos.

Regla #2: Ninguno de los dos se podía molestar si llegábamos a tener algo con otra persona (está regla la puse yo por supuesto)

Regla #3: Debía empezar a llevarse bien con Leiza.

Regla #4: Debía bailar con Leiza en la fiesta.

La reglas 3 y 4 nunca las entendió y tuve que decirle el plan que estaba llevando a cabo, le tenía que ser sincera, no me quedaba tranquila el saber que le estaba mintiendo tanto, le conté que debía bailar con Leiza para yo poder devolverle el favor de no ponerme en la lista de faltantes de aquel desfile, y que la única manera que encontré de devolverle ese favor fue diciéndole que el bailaría con ella en mi fiesta, lo mejor fue que lo entendió porque sabía que él le gustaba mucho a Leiza y ella y yo no nos llevábamos bien, así que aceptó. La peor parte era que no podía decirle que no sentía nada por él porque ahí si se me arruinaría todo.

Lunes, día de planes, día de escuela, día de concentrarme más en la locura que iba a comenzar.

Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina a desayunar, para luego ir a la aburrida escuela. Mi madre cada vez más emocionada con la fiesta y yo con cara de ¡ok es solo un favor que devolveré!, Es decir que mi cara era la de estar por cumplir cinco años en vez de quince <<desagradable>>.

—Mi niña cada día queda menos. Ya estás creciendo y te estás convirtiendo en toda una señorita, me emociona mucho verte crecer cada día —dijo emocionada mi mamá mientras me servía mi taza grande de leche con chocolate.

—Si ya, solo cinco días —respondí sin emoción.

—Y esa cara mi lagartijita, eso es lo que más querías una fiesta ¿no te emociona?.

—Si mami claro, pero recuerda que estoy con el período y aunque no quiera, mis ánimos bajan un poco, —busqué la escusa más cercana.

Me di el último sorbo de leche, recogí mi mochila y me dirigí al infierno de escuela en donde me tocaba volver a ver a Leiza alardear porque bailaría con Carlos Manuel el vals y la coreografía, y yo sin haber visto a mi chico hacia varios días. Más bien sabía que mi cara se debía por gran parte a eso.

A Owen hacía muchos días que no lo veía, aunque fuese un idiota, era el idiota que me gustaba y solo quería hablar con el unos minutos a pesar de que sabría que todo lo que saliera por su boca iban a ser idioteces. Tampoco me atormentaba mucho pensando en él, me moría por verlo pero mi enfoque era solo uno <<que todo me saliera bien>>.

Leiza en esos días me daba el mejor trato, hasta quería integrarme en su círculo de amigos, a lo que nunca acepté, siempre le puse una excusa para no ir a conversar al patio, la emoción del favor que le había devuelto la iba a matar por dios. Jaiz al darse cuenta de esto se alejó de mi, la baba de Leiza era tanta que dejo también a Jaiz de lado para ir hacia mi, cada día para preguntarme lo mismo sobre Carlos.

Otra cicatriz © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora