d o c e

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1 día para el festival de verano.

Dentro de la universidad todo es una locura. Yoongi apenas ha llegado y hay más personas que nunca corriendo de un lado a otro. Llevando alfombras, vestuario, cajas, baúles, luces.

Se mantiene distanciado. A estas alturas no sabe cuándo volverá a pisar la tierra como corresponde. Camina en dirección a su facultad, porque no tiene tiempo ni para dejar su mochila en su caja de zapatos.

—¡Min Yoongi!

Se detiene en seco. Park Jimin viene a paso rápido, con los ojos abiertos y cargados de ¿enojo? Es la primera vez que lo ve así. Y con razón.

—Hey —dice sin más.

—¿Hey? —Jimin arruga el entrecejo y de cerca se lo ve más frustrado que otra cosa—. Yoongi te envié mil mensajes. Kimma me dijo que tuviste un problema, ¿estás bien?

—Estoy bien ahora.

—Me preocupé, Yoongi.

Con cargo de conciencia, pues no sabe ser de otra manera, Yoongi toma a Jimin por la nuca y lo besa en los labios. Ahí. En medio de un patio donde las personas van de un sitio a otro. Sólo quiere sentir algo.

—Estoy bien —murmura en los abultados labios de Jimin.

—No vuelvas a irte sin avisar.

Jimin sonríe y le jala por los bordes de la chaqueta para besarlo una vez más. Es como si estuviese viendo aquella escena desde un rincón.







11:43: ¿Dónde estás?

11:43: El autobús se atrasó y apenas he llegado.

11:44: Te vi por la ventana, pedazo de mentiroso. Deja de besuquear a Park Jimin y sube. Estamos ensayando.


Escaleras arriba, porque odia los ascensores, Yoongi se disculpa con la maestra Misuk, quien, a su vez, se disculpa por su pérdida, algo que logra apresurarlo más para evitar una conversación que no necesita.

La voz de Kimma hace eco en la sala cuando abre la puerta. Se escucha el piano. Alguien toca el piano. Y se ve con la boca en el suelo al descubrir quién es su reemplazo.

Entonces Kimma deja de cantar y toda la melodía se detiene casi desafinando. Hoseok también se gira para mirarlo impasible.

Esas miradas. Las odia. Ha perdido a su abuela, pero ya está aquí y la vida continúa. Siempre continúa. Incluso cuando él no lo quiere.

—Un descanso, chicos —dice Kimma y se acerca a Yoongi casi corriendo.

Sin decir nada ambos se abrazan. Y ese abrazo apretado lo necesitaba más que nunca. La mano de Hoseok le acaricia el brazo, tiene una pequeña sonrisa en los labios y murmura un hola. Yoongi agradece que no le pregunte nada.






Durante el almuerzo, Lena, Kimma, Hoseok y Jimin lo acompañan. Se siente tranquilo junto a todos, a pesar de que Hoseok casi no habla, puesto que los otros se comen toda la conversación y se mueren de la risa.

—Gracias por ayudar a Kimma —murmura Yoongi a Hoseok.

—No es nada. —Lo mira—. ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien. —Sonríe.






¿Cómo te encuentras hoy? —pregunta Eunyeong.

—No lo sé. Mi abuela falleció.

La expresión de la mujer cambia a través de la pantalla de manera abrupta.

Lo lamento, Yoongi.

—Está bien. —Desvía la mirada—. Estoy bien.

¿Qué sientes?

—Nada. Sé que estoy triste, de alguna forma, pero no logro sentir nada desde hace días. —Tiene que cerrar los ojos para evitar perderse en algún rincón—. ¿Cuándo se acabará esto? Se ha tardado más de lo normal.

Siempre debes buscar hacer cosas que te traigan a flote, Yoongi, concéntrate en lo que te hacen sentir y vívelo. No permitas que la sensación de irrealidad te domine. ¿Recuerdas qué hacíamos cuando comenzaste a sentirlo? —Yoongi asiente—. Bien, lo primero es que me digas el porqué.

—Sólo podía verlo a él, todo el tiempo, por más que traté de desviar mi atención no lo soporté. Se sentía tan real, tan extraño, me dolía todo. —Toma un largo respiro—. Me obligué a perderme, como antes, y ahora no puedo regresar.

 Me obligué a perderme, como antes, y ahora no puedo regresar

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Astronómicamente Inexacto ♫ yoonseok. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora