El último magnate y su hijo adolescente rebelde

1K 139 56
                                    

Francis adoraba a su hijo, no lo malentiendan.

Tal vez su relación no había sido lo que esperaba al principio pero, bueno ¿Qué se podía esperar si al comienzo todo lo que Fitzgerald quería era sacrificar al chico para traer a su hija muerta a la vida?

Fue una sorpresa agridulce que aquel hombre tigre del que contaban las leyendas fuera sólo un huérfano desnutrido y temeroso de las personas que, en sus cortos 11 años, sólo le habían traído abusos y dolor.

Pero el mundo capitalista era así, de usar y desechar, por lo que Fitzgerald no era un hombre carente de realismo. Iba a hacer un buen negocio adoptando a ese chico.

Sólo por eso le dio su apellido, lo alimentó bien, le enseñó el idioma y de ninguna forma lloro cuando aquel pequeño tembloroso lo llamo "Papá."

Como último clavo al ataúd, Zelda mejoró casi instantáneamente a la llegada del más pequeño.

Aquella madre que había perdido a su hija encontró consuelo en aquel hijo que nunca supo lo que era el amor de una madre. Verlos era una escena sumarte dolorosa y cruel para quienes sabian sus historias.

No podía quitarle a su esposa aquel hijo de todo menos sangre. Aquella dulce mujer no soportaría otra perdida de nuevo, sin importar cuál fuera el premio.

Con su hijo dormido en su regazo y su esposa volviendo a tocar aquel piano vacío que se había llenado de polvo desde la muerte de Frances, no había ni razones ni motivos para sacrificar aquella nueva felicidad que la familia Fitzgerald poseía.

Es importante marcar todo esto. Porque verás...

Todo iba muy bien los primeros años. Atsushi no era nada más que un encantador muchacho entusiasmado por aprender. Tuvo los mejores tutores que no tenían más que palabras de aliento y cumplidos sobre su progreso.

El ex Nakajima se avergonzaba por ello, pero estaba complacido de ser apreciado por una vez en su corta infancia. Quería dar su mejor esfuerzo para que sus padres no pensarán que era un malagradecido.

Había aprendido con rapidez el idioma pero se expresaba de manera sería y educada como los japoneses. Le costó mucho abrirse ante su círculo cercano y sólo dar un apretón de manos fue un gran paso por el que sus padres casi hacían una fiesta.

Era un niño muy amado y devolvía ese amor ferozmente. Sabía que sus padres no eran las mejores personas del universo y que los negocios de Francis no eran exactamente los más limpios, pero los amaba de todas formas.

Entonces ocurrió el mayor temor de un padre.

Atsushi entró en la adolescencia.

Y todo se vino abajo como un castillo de naipes.

...

Lo que ocurrió fue lo siguiente.

El Fitzgerald más joven no fue un adolcente rebelde en absoluto.

Como en su infancia era muy quieto y educado, desarrollandose como una persona más introvertida con desconocidos y abierto con su círculo íntimo.

Amaba la música como su madre y la literatura. Francis apoyo mucho su pasión y podía ver en un futuro a que joven instalándose como un famoso escritor.

Era encantador, alegre y humilde a pesar de lo muy mimado que fue por su familia adoptiva, no olvidaba su cruel infancia que marcó su piel y su mente para siempre.

Sus padres no podían estar más felices con como su pequeño hijo del corazón era ya casi un hombre maravilloso.

Entonces ocurrió la catástrofe.

Fue en el cumpleaños número 18 del ex Nakajima que Francis llegaba tarde. Ahora que era el jefe de Guild tenía más cosas que hacer en un horario poco preciso. Y ese fue su mayor error.

En una de sus idas y venidas de su pequeña casita (Atsushi la llamaba mansión, como si no tuvieran casas más grandes y lujosas) olvido unos documentos de poca importancia para la organización.

Pero no para su hijo.

Porque hacía 7 años su plan inicial estaba detalladamente planeado por Louisa, sobre como aquel hombre tigre residía en Japón y sería usado como sacrificio para traer a su pequeña de vuelta.

Y ese papel con aquella información quedo traspapelado con sus trabajos más recientes. Que le pidió a su hijo que le llevará al trabajo para poder ir más temprano a celebrar su cumpleaños.

Murphy dijo "Todo lo que puede salir mal, saldrá mal." Y todo salió peor que mal.

No sólo Atsushi se enteró de la peor forma porque había sido adoptado, sino que también pensó que esos papeles eran nuevos, y que su padre planeaba usarlo ahora para recuperar a su hija.

Entonces hizo lo que todo adolcente rebelde haría en su situación. Huyó a Yokohama y se unió a una  agencia de detectives con habilidades sobrenaturales.

También se caso con un mafioso, pero detalles.

(Lo cual fue culpa de Francis en primer lugar. Pago una gran suma al la mafia para traer a su hijo de vuelta a casa. Así se conocieron su yerno y su pequeño niño.

"Fue amor a primera cortada de pierna." Dijo su bebé y Fitzgerald quería morir.)

Considerando todo lo ocurrido, el rubio llegó a la conclusión más lógica.

Quemar la ciudad y llevarse a su hijo lo más lejos posible.

Se imaginarán como resultó.

No sólo hizo que su hijo y aquel que sería su esposo se unieran aún más, también probó de primera mano lo fuerte que era su pequeño tigre y lo mucho que aquel niño enjaulado había creícido. No podía estar más orgulloso.

Si tan sólo no estuviera cayendo de una ballena voladora hacia un océano que sería su muerte...

Al final su hijo de corazón blando lo salvó a pesar de las protestas del hombre asmático y medio escucho algo sobre una joven que iba a morir por ellos pero al final era sólo una prueba y no murió, y todo salió bien al fin.

Excepto que, bueno, en realidad nada se había resuelto. En absoluto.

Todavía estaba ese hombre con quien Guild había hecho un trato, Fyodor Dostoyevsky, que ahora quería matar a su hijo y Francis no sería el mejor hombre pero no dejaria a su hijo sólo con ese circo de locos.

Además no podía decirle que no a los ojos de cachorro de su pequeño. Sobre todo ahora que sabía cambiarlos por los ojos del tigre y Francis siempre fue una persona de gatos.

Eso sí, tendría una charla amigable con su precioso yerno sobre que era eso de una pierna cortada y cuando se habían casado sin haber invitado a los padres del novio.

Pero eso sería más adelante.

Ahora, en el presente, con su hijo durmiendo en un sofá barato en aquella agencia de locos, Francis no podía arrepentirse de haber adoptado a que pequeño cachorro de tigre asustado y solitario.

Después de todo, no hay nada más fuerte en este mundo que el amor de un padre a su hijo.

¡Atsushi es adoptado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora