Fairy Tail: Valhalla

Capítulo 139: El camino que elegí.

"El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti"

—YODA

No se me ocurre una mejor frase para describir este capítulo T_T 

—¿Qué ocurrió aquí? —preguntó Yao viendo a su alrededor.

—¡Una batalla! —respondió Chan-Lee algo taciturno.

—¡¿Los humanos llegaron hasta aquí?! —preguntó Mei alarmada.

—No lo creo.. —el anciano examinó el suelo y las huellas enormes en el —. Esto lo hizo un dragón... uno muy grande. Pero...

—¿Pero? —Yao observó al hombre.

Chan-Lee se detuvo a las afueras del palacio acompañado de los niños y se llevaron la gran sorpresa de encontrarlo completamente destruido.

—El tamaño de estás huellas no concuerda con las de más atrás.

—Pudo haber más de uno.

—Eso tampoco tiene sentido. Observa bien —Chan-Lee encontró un trozo de tela en el suelo y se lo arrojó a Yao —. Aunque son de diferentes tamaños parecen ser del mismo individuo.

Yao también examinó las huellas, había bastantes, pero sólo dos eran de dragón o al menos de una forma Ti-an. Tal como decía Chan-Lee, las huellas se hacían más grandes entre más lejos estaban del salón principal. En su memoria no había ningún Xing long que pudiera cambiar su tamaño de esa forma.

—¡Fue Shen-Lee! —dijo una débil voz.

—¡Hay alguien por ahí! —alertó la princesa.

Debajo de una pesada columna se encontraba el viejo sirviente, atrapado contra el suelo con apenas el espacio suficiente para resultar ileso. Yao movió la viga con esfuerzo y luego sacó al hombre.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Shen sigue peleando con Da-Xiang? —preguntó el príncipe apenas el hombre tuvo aliento.

—No... —el hombre volteó a los restos del salón principal —. El señor Da-Xiang está debajo de todo eso, debe estar muerto ya.

—¡¿Qué?! —Mei se mostró preocupada, pues aún después de saber la verdad, Da-Xiang seguía siendo su padre de alguna forma.

—¿Lo hizo Shen? —preguntó Chan-Lee.

—No sé decir si ese era el bastardo Shen-Lee —el hombre tragó saliva —. El señor Da-Xiang lo llamó bestia, lo llamó dragón negro Acnologia.

—¡¿Acnologia?! —Yao observó al anciano con duda en el rostro.

—Dime qué pasó aquí con exactitud —Chan-Lee bajó su bastón.

El hombre trató de ocultar la verdad al desviar la mirada pero Chan-Lee le obligó a mantener su atención en él con un golpe de advertencia en la mejilla.

—¡El señor Da-Xiang y sus hombres fueron aniquilados por el bastardo!

—¿Dónde está él ahora?

—Por allá —el sirviente señaló la ciudad.

Chan-Lee se levantó lentamente, caminó hasta el enorme agujero que adornaba la pared y observó el cielo nocturno tornándose anaranjado a causa de la capital ardiendo en llamas. Sobrevolando ésta se encontraba el dragón negro del que hablaba el sirviente, disparando ráfagas de magia indiscriminadamente. Si Da-Xiang tenía algo de sentido común habría evacuado los alrededores del palacio para la batalla y no tendría de que preocuparse, si no.