La " Weasley" Rubia (Ron weasley)

El internado 🥿

Pov: Tn

Era un día lluvioso, era el día perfecto para comenzar con mi plan.

Primero saqué la larga cuerda que había estado haciendo con algunas sábanas y ropa vieja, la até a la pata de la cama y la asegure con un ladrillo que se calló casualmente el otro día debajo de mi ventana.

Después cojí una caja de el armario la cual estaba llena de sobres de ketchup y mermelada de fresa que había estado recolectando de un bote.

-Ya falta poco- pensé

Abrí el armario encontrándome con la caja en la que guardé mi ropa más vieja
junto con unos zapatos gastados, una gorra, una peluca, y unos trozos de madera atornillados los unos a los otros estratégicamente simulando una silueta humana, que junto con la ropa daba el pego perfectamente, parecía un cuerpo, parecía mi cuerpo- pensé feliz.

Por último llené un poco de "sangre" en el "cuerpo" y el resto lo tire al suelo justo debajo de mi ventana, simulando un charco de sangre.

Deje caer el cuerpo, el cual impactó bruscamente contra el suelo creando así un fuerte estruendo.

Solté un chillido agudo simulando dolor , me escondí rápidamente debajo de la cama esperando a que alguien entrase a mi habitacion.

Y justo en ese momento entraron varias personas, la malloria profesores y algunas niñas del internado que dormían cerca d ema habitación.

Cuando llegaron bastantes personas, esperé a que se distrallesen y salí rápidamente hacia la cocina del internado.

Entre por los conductos de ventilación en la cocina, los cuales daban a la parte de atrás del internado, cerca de un parque que solía estar abandonado.

Lo sé por que muchas veces me escapaba un rato, no como hoy, esta vez era para siempre.

Y justo cuando pensaba que nada podía salir mal recordé algo.

-Mierda, la maleta!

Me la había dejado en la habitación con las prisas, pero ya no podía volver.

En ese momento empezó a llover fuertemente pero por suerte ya había llegado al parque, que era donde me quedaría hasta que encontrase algo mejor, claro que no tengo ni ropa, ni dinero, ni varita, ni siquiera comida ni bebida.

Solo una navaja multiusos con un cortaúñas, unas tijeras, un tenedor, y obviamente la hoja de la navaja.

Entonces recordé por qué me había escapado de ese internado, recordé los cruccio que me habían lanzado, las noches que ma habían dejado sin cenar por no ser una señorita, la cantidad de notas repito del internado que se habían burlado de mi por mi actitud.

Y empeze a llorar ahí sola, acompañada únicamente de mi peluche, el cual era un hurón rubio, lo tengo desde siempre aunque no se quien me lo dio, posiblemente mis padres de los cuales no se nada, solo que me abandonaron ahí en ese horrible internado.

Entonces pensé que ya no tengo que tener el pelo largo, ya no estoy en el internado, cogí las tijeras de la navaja y corté, corté y corté con la única ayuda de mi mano, las tijeras, y un charco de lágrimas mezcladas con las frías gotas de la lluvia que servia de espejo.

Cuando se me pasó el ataque me fijé en mi pelo gracias al charco, era precioso aura si me gustaba mi pelo.

Solo faltaba algo, el horrible uniforme rosa pastel del internado, pero con eso no podía hacer nada, pues como soy estúpida solo coji el peluche y la navaja.

Pero cuando pensaba que no podía ir a peor miré abajo y puuuum un charco de sangre debajo de mi entrepierna.

Me había venido la regla!!

Si con 10 años, la verdad es que no me extrañaba por que para tener 10 años estoy bastante desarrollada tengo los pechos grandes un buen culo y se me están formando las caderas.

Y de repente una luz me iluminó literalmente.

Pov: Molly weasley

Estaba volviendo a la madriguera en escoba y d repente a lo lejos vía un charco d esangre me asusté por lo que pudiese ser pero cuando me acerqué más me di cuenta de que era una niña rubia de ojos verdes de unos 12 años vi que estaba viva y llorando así que me acerqué y le dije:

-Hola Bonita estas bien?

-Me miró un poco asustada y respondió que no con la cabeza.

-Tienes padres o alguien que pueda estar preocupado por ti ?

-No-dijo rápidamente, se notaba que la pobre estaba muerta de frío y de hambre.

No le pregunté nada más, ya hablaría con ella en casa, le dije que se subiera en mi escoba y eso hizo, rápidamente llegamos a la madriguera y le dije que se quedara en la puerta un momento.

CONTINUARA