Capitulo 7

5K 616 58
                                    

Izuku se sentó no muy lejos de su madre y la señora Bakugo.

Comenzó simplemente a esperar ansioso. Esperaba a Masaru Bakugo pero éste ya se había retrasado demasiado.

Pasó una hora y media hasta que al fin la puerta principal de la casa se abrió dejando pasar al hombre pelicafé, quién tenía un rostro neutral y tranquilo.

Con una sonrisa se dirigió generalmente:

- Lamento haber llegado tarde, había un poco de tráfico y no envié un mensaje porque mi celular se apagó.

- Cariño, éstas son las personas que vinieron a visitarnos. Yo me quedaré con ella para hablar. Tú habla con el muchacho.- Le indicó mostrándole a Izuku.

Éste se levantó y con una reverencia le dijo.. - Estoy dispuesto a llegar a un acuerdo con usted.-

- Bien bien, pasemos a la biblioteca para hablar con más tranquilidad. Aizawa, por favor llama a Katsuki.- El pelinegro asintió y se fue a buscar al pelicenizo.

Pasando por la biblioteca que Izuku ya había visitado antes, se sentaron en un pequeño espacio con una mesa para hablar.

- Mi esposa me indicó que tu madre le contó sobre ti y tu trabajo. ¿Puedo saber tu nombre? -

- Llámeme Daga Verde. O solo Daga.

- Interesante.. solo quiero decirte que si en algún momento te animas a decirme u verdadera identidad, puedes confiar en mí.

- Se lo agradezco.. pero mientras tanto solamente me presento de ésta forma. Mi madre me indicó que usted necesita de mi servicio. Solo necesito sus datos o toda la información que tenga de la persona. Si no la tiene yo mismo la investigaré y me encargaré del resto.

Le dijo sentándose cómodamente con las manos entrelazadas.

- Bien, te la daré. Pero hay algo más que quiero acordar contigo. Verás.. mi hijo Katsuki, dentro de muchos años tendrá que tomar mi lugar. Cómo ya sabrás, tengo mi negocio limpio pero también me encargo del negocio oscuro, del cartel del Sur. Pero mi hijo necesita entrenamiento no solo físico. Si no también mental. Y quisiera saber si tú podría encargarte de él. Sé que quizás estarás ocupado con la escuela y otros asuntos pero prometo darte una buena recompensa e incluso te podrías hospedar con tu madre aquí en ésta casa gratuitamente.

Izuku escuchaba atentamente. Sería una buena opción para él y para la protección de su madre.

- Si recibe y protege a mi madre, está bien. Y por mis estudios descuide. Éste año comenzaré a estudiar desde casa.. Así que... creo que tenemos un trato.

Le dijo Izuku dándole la mano al señor, y éste con una sonrisa le correspondió.

- Papá.. ¿Quién demonios es él?

Preguntó bastante molesto un chico pelicenizo, quien había sido llamado por Aizawa, su mayordomo por parte de su padre.

- Él.. hijo mío, es la Daga Verde. Él de mañana en adelante vivirá con nosotros junto con su madre. Te entrenará y también estará a cargo de algunos trabajos sucios.

Le dijo amablemente.

Katsuki miró de pies a cabeza al contrario, no le había gustado que aquel chico lo entrenase y que fuera el mismo que estuvo de metiche en la casa de sus abuelos.

- Daga.. ¿Verde? Se te podría haber ocurrido un nombre más estúpido ¿Sabes?

- Y tú debes ser Katsuki. Como te estaré entrenando creo que debemos llevarnos bien. Te diré Kacchan.

Le dijo Izuku burlón con una sonrisa.

Katsuki ante ésto se molestó bastante, así que amenazante se acercó a él para intentar tomarlo del cuello.

- Si te atreves a llamarme de esa forma te voy a...

- ¡KATSUKI BAKUGO!

La voz enojada de su padre lo paralizó completamente y se detuvo recobrando la compostura.

- Lo lamento.. él puede ser a veces difícil.

- No se preocupe.. será un placer trabajar con un chico tan..  Impulsivo.

- Por cierto.. veo que tú debes casi de la misma edad que Katsuki.. ¿Podemos saber tu edad por lo menos?

- 14 años.

Masaru, Katsuki, y sobre todo Aizawa estaban boquiabiertos. Ese "niño" parecía mayor. Pues cuerpo estaba bien formado y aunque su altura era mucho menor que la de Katsuki, aparentaba ser un poco mayor a ojos de otros.

- B-bien.. entonces.. hoy mismo traeremos tus cosas y las de tu madre a éste lugar y mañana te daré toda la información sobre el trabajo que necesito que hagas y.. después tú nos dirás cuando podrías empezar con mi hijo.

- Entonces, iré por mi madre para empacar.

Dijo despidiéndose y retirándose del lugar con su madre.

Así, sus entrenamientos eran 4 días a la semana, y el resto de los días Izuku se dedicaba a su trabajo como asesino.

Le costaba siempre tener que cubrirse las pecas y teñirse el cabello, pero tenía que hacerlo si no quería ser reconocido claro.

Con el tiempo, Izuku o "Daga Verde" comenzó a ser conocido por otras organizaciones, por la policía y por muchos delincuentes.

Izuku era el terror de aquellos que vivan en las sombras y se alimentaban del dolor de otros.

.
.
.
.

- Oye Deku..

- ¿Ahh? ¿Deku? ¿Desde cuándo te diriges de esa forma hacia mi?

Preguntó un Izuku confundido y algo molesto. Ambos chicos se encontraban en un entrenamiento físico a prueba de agilidad.

Izuku se había esforzado en entrenar a la perfección la constante energía del pelicenizo.

Comenzaron a forjar juntos una extraña amistad, donde ambos peleaban y entrenaban o estudiaban.

Katsuki poco a poco fue tomándole aprecio al contrario e incluso.. comenzaba a sentir intriga por él. No sabía quien era realmente, no sabía su pasado, su madre siempre llevaba algo que le cubría.

¿Cómo teniendo solo 15 años era tan conocido como un asesino profesional por todos?

Porque sí. Ya había pasado un año desde que lo conoció.

- Deku significa inútil. Y para mí, tú eres un inútil.

Le dijo burlesco. Pero solo recibió que una daga negra aterrizara en la pared justo a lado de su rostro.

- Para mí eres un idiota.- Le dijo Izuku riendo.

- Entonces.. ¿Puedo llamarte Deku?

- ¿Realmente te atreves? ¿Ka-cchan?- A Katsuki me recorrió un escalofrío de enojo por la espina dorsal.

- Aaaa así que quieres pelear.

Le respondió con una mirada y sonrisa siniestra y fingidamente enojada.

- Veamos cuánto has avanzado.

Le respondió Izuku con una sonrisa.
Justo cuando ambos iban a agarrarse a golpes, sintieron como alguien los tomaba del cabello alzandolos y cargandolos como costal de papas.

- ¿QUE CARAJO?

- ¡AIZAWA BAJANOS AHORA MISMO!

- Es hora de comer. Además, pelear entre ustedes para mostrar sus habilidades aún no se les es permitido.

Ambos chicos callaron y se dejaron regañar por la grave voz de Aizawa que, incluso a un asesino profesional y al hijo de un narco, intimidaba.

Aizawa solo sonrió mientras que los chicos en su mente maldecían, mas no le decían nada al hombre que más que sus propios padres, les regañaba y a veces entrenaba.

Y para Aizawa, solo eran dos críos a los que veía como  si fuesen sus hijos.

.
.
.
.
.
.
.

.

RECLUSO (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora