남기; BETTER WITH YOU ⇛ namgi

𝑼𝒏𝒊𝒒𝒖𝒆

    Lo había visto en la biblioteca. Los cabellos grises le caían por las pestañas lacias, ocultando la mirada cohibida que tenía bajo las pupilas vastas.

  

    Apretaba contra su pecho algunos libros de Edgar Allan Poe. El uniforme pulcro le daba aires de perfección al igual que el perfume que desprendía sin saber. No lo había mirado. Al contrario. Evitaba su mirada a paso largo. Hasta sus delicados y platinados rizos hacían para que su mirada no se encontrara con la suya.

  

    Se lo había vuelto a encontrar en los rincones deslucidos de aquel salón viejo. Se preguntaba que hacía ahí. Solo e ido en un mundo hipócrita, como era aquella escuela con una fachada tan falsa a las verdades que él conoce.

   

    Se acercó a paso lento, tanteando el terreno. El moreno lo miró por encima de sus bellos mechones grises, y volvió la vista al libro que tenía entre sus manos. Era un libro de su autoría, "Rosas" se titulaba. Lo había publicado hace algunos días, y podía reconocer ese libro como uno de los primeros ejemplares.

  

    —Hola. Soy Min Yoon Gi, autor del libro. —dijo con una media sonrisa, y confianzudo se sentó a su lado.

   

    El chico lo miró cohibido como la primera vez. Sus pupilas se deslizaron por su rostro buscando la falsa voluntad, y también, el gesto delator de una mentira casi astuta. Nada de ello encontró. Solamente halló unas genuinas ganas de saber, de saber de su persona. De quién era él y que hacía en ese mundillo de hipócritas víboras, sedientas del daño y claro dolor.

  

    —Kim Nam Joon. Un gusto Yoon Gi-ah. —su mano larga se había extendido para que él otro la tomará, y el cálido agarre lo embargó cuando sintió los tímidos dedos deslizarse por su palma gélida.

  

    Yoon Gi sonrío un poco, y la sonrisa de gomita hizo que su corazón latiera dolorosamente en su caja torácica. Pero sobre todo, era un dolor agradable.

  

    —¿Te gusta el libro? —preguntó Yoon Gi queriendo saber una opinión entre las miles que conocía. Su voz sonó calmada y fue acompañada de una tranquilidad que hizo a Nam Joon bajar la guardia unos segundos.

  

    —Acabo de comprarlo. Quería leerlo, pues me dio curiosidad. —sinceró y ocultó el murmullo en las letras del libro.

  

    Yoon Gi volvió a sonreír, y se posicionó aún más cerca del cuerpo encorvado de Nam Joon. Lo siguió con la mirada, viendo el sonrojo en la tersura de su piel morena, y sus ojos, tan oscuros como la noche misma leyendo el libro de su autoría.

  

    —¿Por qué te escondes de mí?

  

    —¿De qué hablas?

  

    Sinceramente, Yoon Gi no sabía porqué preguntaba aquello. La pregunta había salido como algo vago en sus labios, sin la necesidad de ser respondida en aquel momento. Nam Joon lo miraba inquisitivo y había dejado el libro a su lado.

  

    —Pues te he visto en la biblioteca, y cada vez que te miró... Me ignoras. —habló después de unos segundos que parecieron pasar a una velocidad mínima.