Para una conocida elfa el trabajo en el orfanato se había complicado recientemente, se le diagnosticó un caso de estrés laboral, le dieron unos días de descanso y fue reasignada en un puesto temporal.
A mala gana volvía a su antiguo puesto, ella estaba más que convencida que todo había sido solo un mal día de trabajo, tal vez solo se había sobre esforzado, con todo su valor volvió a entrar a la sala de los dormitorios y ahi estaba el pequeño bebe Oscar jugando plácidamente con un pequeño peluche.
Eso le parecía normal, nada fuera de lo común, al poco tiempo volvió y todo normal solo era un bebe común y corriente haciendo cosas de bebe, más segura de sí misma volvió a su rutina de siempre.
Revisar las instalaciones, organizar papeleo, llevar un estricto control de las cosas, mantener el lugar lo más pulcro posible, excelente.
La pequeña elfa estaba en su lugar de confort, es mas se consideraba la elfa más afortunada del mundo estar en un trabajo que cumplía todos sus expectativas, todo iba bien hasta que escuchó como el biberón del bebe se cayo.
Ese ruido que abrumaba el silencio del edificio casi hizo que le brotara una cana a la pequeña elfa.
— No es nada, puede ser un pequeño ratoncito— la elfa se convencía a sí misma.
Hasta que escucho el quejido del bebe, — Bien veamos que tiene ahora este niño normal común y corriente—
La joven elfa fue directo al dormitorio y si, el bebe había tirado su biberón y solo trataba de alcanzarlo, era su deber ayudarle a alcanzarlo no se fuera a lastimar mientras trata de alcanzarlo, ella lo tomó el biberón del suelo y se lo alcanzó al pequeño, este en agradecimiento alzó los brazos tratando de abrazar a su cuidadora.
Esto solo enterneció a la elfa — Tal vez solo te juzgue mal — La joven elfa levantó al pequeño que era curiosamente más ligero de lo que recordaba o es que ella era mas fuerte no sabia, aprovecho y comenzó a levantarlo haciendo que este se riera.
— Quien es el pequeño bebito, lindo y normal — repetía la elfa jugando con Oscar.
Hasta que en un momento cuando levanto al bebe su cabeza se desprendió de su cuerpo.
La joven elfa solo miro como la cabeza del bebe caía y rodaba lejos donde estaba, al volver a ver al bebe su cuerpo aun se movía y trataba de abrazarla.
Solo un grito de terror se escuchó, la pobre elfa arrojó lo más lejos que pudo al bebe y salió corriendo sin mirar atrás, cerró la puerta y la bloqueo con lo que hubiera a mano, se sentó en el suelo tratando de asimilar que carajos había pasado.
Ella miró por una rejilla y ahí estaba un cuerpo sin cabeza gateaba sin sentido bajo las cunas y una cabeza cercenada la miraba desde las sombras de la habitación.
— No de nuevo, no de nuevo — Corrió al teléfono y marcó a su jefe — Vamos contesta, contesta — hasta que al fin le contestaron la llamada — El niño perdió la cabeza — gritó con todas sus fuerza — ese niño está maldito, venga de inmediato —
La pobre elfa trataba de hablar de una manera desesperada, al escuchar la mala gana que tenía su jefe de venir, le habló a la policía, a los bomberos y a cualquiera que pudiera intervenir.
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Alice y Betsy habían tomado al pequeño Oscar de la manera mas rápida posible, ese incidente por más adorable que fuera a su vista, el que Susie se diera cuenta era algo de temer.
El pequeño bebe había comenzado a llorar de manera incontrolada, este no se había detenido a pesar de los esfuerzos de Alice y de Betsy, el tiempo no estaba de su lado así que muy a su pesar tuvieron que llevarlo al orfanato lo más pronto posible, al llegar dejaron al pequeño Oscar, tomaron el muñeco que al parecer se le había descosido la cabeza y regresaron a su casa todo en cuestión de segundos.
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El pequeño alquimista
FantasyUn pequeño con un gran poder . . . Una bruja que lo cuidara de mala gana y una chica que le arrebataron todo