Madame Puzo- Una Historia de Time Princess (Liz Colvin)

1- Doblan las campanas

Florencia. Mayo de 1929

-Liz... Liz... Despierta...

Abrí los ojos. Allí le vi, observándome con su profunda mirada y su sonrisa seductora. Estábamos en Florencia, en nuestra luna de miel. 

-Hoy te llevaré a ver la Catedral.

-¿La Catedral?

-Sí, verás qué maravilla. Dicen que mirarla es llegar al cielo.

Lo que Vitto no sabía es que, para mí, mirarle a él era llegar al cielo.

Nueva York. Enero de 1934.

Unos pasos resuenan en la noche neoyorkina, mientras el caminante, Vitto Puzo, regresaba a su domicilio encendiéndose un cigarrillo con un mechero de plata grabada. La noche había sido dura, cada vez los negocios iban peor y lo que le ofrecían sus contactos sabía que no sería del agrado de su esposa. No podía dejarla al margen, pues su inteligencia y su valentía le habían dado la posición que ahora tenía, al haber conseguido engañar a Juliano para entregárselo en bandeja de plata. Desde que se derogó la Ley Seca, el contrabando de alcohol era ya algo absurdo. ¿Para qué pagar más por lo que se podía comprar en la licorería de la esquina?

Vitto negó con la cabeza. No. No debía caer en el mundo de las drogas, a pesar de que el opio y la cada día más popular cocaína se vendían con facilidad y eran lucrativos. Ese era un mundo oscuro lleno de enfermedad y muerte. Y él comprendía llevar la muerte, pero no la enfermedad. No... Tal vez el juego, las familias de Atlantic City tenían fama de férreas y duras, pero nada le costaba enviar a alguien de confianza a balizar el terreno. Sí... Tendría que avisar a Nino.

El alto jefe de los Puzo sonrió, asintiendo para sí y giró la esquina. El fogonazo le cogió por sorpresa. Ni llegó a escuchar el sonido del disparo.

La sangre de Vitto tiñó el suelo de un viejo callejón del East Side, mientras la persona que le había asesinado se alejaba de allí con el arma todavía humeante en la mano.