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La feria estaba llena de personas, niños y una que otra pareja tomada de las manos; ellos por su parte estaban tranquilamente- tomado de sus manos- caminando observando todo con suma tranquilidad.

A pesar de que el lugar estaba lleno de personas, y que todo a su alrededor era artificial les gustaba la vista. La rueda de la fortuna giraba con sus luces de color blanco resaltando en el agua oscura que gracias al cielo y el sol se despedían de un día caluroso.

– ¿Quieres subirte a algo?– pregunto el chico caminando lentamente– o ¿prefieres comer algo?

–Creo que deberíamos subirnos a algo– menciono la pelirroja, aún estaba algo ida y sonrojada gracias a la pequeña mano que estaba entrelazada con la suya– ¿Qué quieres hacer tu?

–Bueno...– rasco su nuca– lo mismo que quieres tú, esto es una cita y tenemos que pasarla bien.

Ambos se quedaron mirando por un buen tiempo, para ellos el mundo no existía cuando eso sucedía. La brisa hizo bailar dos colores completamente diferentes, el cabello de Jimin siguió el mismo curso que el largo de la chica y ambos sonrieron caminando hasta un pequeño puesto de balines y premios.

–Por favor quiero uno– señalo el chico el arma de juguete– ¿Qué premio quieres si gano?

–Mmm– miro a todos lados menos al peli cenizas detrás de ella, es que su perfume le encantaba– el pequeño perrito amarillo– señalo.

Jimin miro y encima en una esquina casi escondida había un pequeño perro de cara blanca y lengua afuera; era una ternura. Así que dispuesto a no fallarle tomo el arma y apunto a todos y cada uno de los blancos. Uno, dos, tres y hasta diez caídos dejando muy asombrada a la chica de su lado.

–Aquí tienen jóvenes, felicidades– les dijo el hombre que los había atendido hace rato.

...

Hana observaba desde una esquina todo lo que pasaba en su cita, estaba harta de ver como se sonreían y caminaban con las manos entrelazadas delante de algunos que ya los conocen. No quería que ella tuviera al chico perfecto para una mujer perfecta como ella, lo necesitaba, mas allá de necesitarlo amorosamente lo necesitaba para tener millones.

Y eso era algo que ella tenía muy bien trazado en su cabeza, pero el no. Jimin podía ser torpe, terco y parecer un pequeño niño a veces por su forma de ser; pero no estúpido, sabía perfectamente el tipo de mujer que era Hana, ella ya se había enredado con Eun Woo y el mismo le advirtió a Jimin el tipo de chica que era.

Estaba cegada por el poder, no solo de tener millones y un esposo al cual dominar y manipular no. Si no que quisiera ir mas allá de eso, importándole poco a quien lastimaba.

Sara halo a Jimin cerca de un juego, habían unos pequeños barquitos de todos los colores y estos navegaban en aquella agua.

–Subamos– este sonrió cuando entraron tranquilamente y se sentaron uno frente el otro– esto es divertido– Sara observaba como los barcos se movían.

El juego estaba cerca de la playa, era un estanque grande que permitía navegar en agua dulce y más que todo a parejas; más adelante estaba un puente que conectaba la feria y una de las playas de Busan.

–Es muy hermoso– dijo Jimin observando las luces algo lejanas de la feria– ya entiendo porque esta tan lejos, gracias.

– ¿Por qué?– Sara lo miro inmediatamente.

–Se supone que yo... que yo tenía que traerte a una cita y tener un lugar donde llevarte– rio nervioso– pero... no sabía que te gustaba, no se– rasco su nuca soltando un pequeño suspiro– en fin, esto es muy lindo, prometo que en la segunda te llevare a un lugar mejor.

Jimin se arrimó hasta más adelante tocando sus rodillas con las de ella, el roce los hizo parpadear por la cantidad de electricidad que sus cuerpos tenían. Con sus manos sudadas y algo temblorosas tomo las de ella y acaricio con el pulgar el dorso.

Sara miraba y se perdía en aquella mirada de ojos tan brillantes como una farola, el lugar era silencioso y tranquilizante gracias a que cada quien estaba alejado; el sonido de los pequeños animales era lo poco que hacia música ambiental al menos para aquella pareja que se iba acercando poco a poco, la distancia entre ellos se estaba volviendo un enorme problema.

– ¿Puedo hacerte una pregunta?– susurro el chico a escasos centímetros de su rostro.

–Sí.

– ¿Por qué?...– cerro sus ojos apoyando su frente contra la chica– porque eres tan hermosa, tan delicada y hueles tan exquisito.

Sara lo miro por unos segundos cortos, pero para ellos eternos. ¡Le había dicho hermosa, delicada y que olía rico! La verdad es que Park Jimin era el chico de sus sueños, el joven de quien en verdad estaba enamorada.

Así que se acercaron lentamente para sellar esa tensión y esas inmensas ganas de saborear los hermosos y carnosos labios del chico ojos de luna; y el terminaría de caer en la primera y posible última cita antes de pedirle algo más que amigos.

Él quería mucho más de ella, sus ojos verdes lo habían atrapado al igual que toda ella. Ya lo había decidido, y no la iba a dejar ir.

Y eso hubiera pasado si al transitar debajo del puente no les hubiese caído algo helado a ambos en sus cabezas, se separaron de golpe haciendo que el barco diera la vuelta y cayeran al agua.

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The Little Mermaid ❣️Park Jimin❣️©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora