Capítulo 50

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En su clase de Aritmancia tampoco estuvo la profesora Umbridge supervisando. Pero al parecer estuvo presente en la clase de Adivinación y no le fue tan bien como preveían.

En la clase de Defensa como siempre, la profesora entró en el aula, pidiendo que guarden las varitas, pero nadie había sacado su varita.

−Abran su libro en el capítulo dos –pidió con su típica sonrisa. Todos comenzaron a abrir sus libros, con aburrimiento.

Leían en silencio, Athena hacía como que leía, en cambio Hermione tenía levantado su mano. La profesora Umbridge hizo como que no veía la mano de Hermione levantada. Hasta después de unos momentos, la profesora se acercó hasta ella y le comenzó a susurrar, pero Hermione hablaba con voz alta y fuerte.

Hermione comenzó a explicar el capítulo quince, que hablaba sobre los contraembrujos y que estos no deberían llamarse así. La profesora Umbridge estaba algo impresionada, pero cambió su mirada a una fría al escuchar que Hermione no estaba de acuerdo en la postura del autor, esto ocasionó la exaltación de la profesora y le bajó cinco puntos a Gryffindor.

Esto ocasionó unos murmullos por parte de los Gryffindor, normalmente les daban puntos por Hermione, no se los quitaban.

− ¿Por qué? –preguntó Harry, furioso.

− ¡No te metas en esto! –le susurró Hermione, alarmada.

−Por perturbar el desarrollo de mi clase con interrupciones que no vienen al caso –contestó la profesora Umbridge con suavidad−. Estoy aquí para enseñarles a utilizar un método aprobado por el Ministerio...

Athena soltó un ligero bostezo mientras la profesora daba la misma excusa de siempre, sólo que esta vez recalcando que ninguno de los profesores había llevado una clase competente, a excepción de Quirrell. A lo cual, Athena soltó una risita sarcástica.

− ¿Algo le causa risa, señorita Black? –preguntó la profesora Umbridge.

−No creo que Quirrell sea el mejor ejemplo, a mí parecer –aclaró Athena aún con una sonrisa algo burlona.

−Excelente profesor, sólo con un pequeño problema –habló Harry en voz alta−. Lord Voldemort se asomaba por su turbante.

Athena se mordió el labio para reprimir una pequeña risa, mientras que el aula se quedó en silencio total.

−Creo que otra semana de castigos servirá, señor Potter –dijo con tranquilidad la profesora Umbridge−. Y cincuenta puntos menos para Ravenclaw, señorita Black.

Athena frunció el ceño, pero no dijo nada.

En la tarde, se dirigió hasta las mazmorras, tenía que continuar con sus clases de legeremancia. Había intentado con algunos de sus amigos, en secreto y sintió un poco de avance, pero no quería entrometerse en la mente de las personas.

− ¿Ya te supervisaron? –preguntó Athena mientras leía un libro.

−No, dentro de unas semanas creo –aclaró Severus tomando asiento a un lado de Athena en el sofá.

−Estaré en primera fila –bromeó Athena mirándolo con una sonrisa. Severus entornó los ojos.

−Lo tengo bajo control –dijo Severus alzando una ceja.

−Claro, el mejor profesor de Hogwarts –dijo con sarcasmo Athena.

− ¿No lo soy? –replicó con ironía.

−Sólo para mí –respondió Athena dándole un suave beso.

− ¿Ah, sí? –dijo Severus besándola de nuevo. Athena sonrió contra sus labios y asintió.

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