⚾𝙿𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚊 𝙱𝚊𝚜𝚎⚾

21 2 0
                                    

 Comenzar la preparatoria puede ser bastante aterrador, son abrumadores los cambios, sumándose a que cualquier paso en falso puede dejarte una mala primera impresión y por lo tanto mala fama, la presión es colosal.

Durante todos sus años de escuela Harry había sido identificado por los demás como un chico que no habla más de lo necesario. A pesar de tener un trato cordial con cualquiera, eso no lo hacía destacar, ni tener muchos amigos y los demás le podrían considerar intercambiable.

Pero antes de empezar la preparatoria Harry se prometió algo a si mismo.

⚾Iba a destacar en todo lo que quisiera.

⚾Haría lo que le viniera en gana.

⚾Dejaría de reprimirse a sí mismo.

Ya estaba cansado de no figurar en  nada y de quedarse con ganas de hacer lo que le apeteciera por algo tan minúsculo como el que dirán.

Por supuesto nada salió como el esperaba.

Tenía planeado formar un círculo de amistades amplio, ser sociable con todo mundo y hacer las mejores fiestas, así como ser invitado a ellas.

Pero la realidad era que solo se sentía cómodo con Zayn, un chico de nuevo ingreso como el, que era bastante apático, sarcástico y tan noble como el gas helio. Harry se ponía algo tenso al tener que hablar con sus demás compañeros, aunque no lo demostrara y ni se diga de los que iban en grados más arriba que él. Las fiestas ni siquiera le gustaban y la verdad es que menos le apetecía ser anfitrión de una.

Pero sin duda empezó a destacar en todo lo demás, mantenía un promedio bastante bueno, solía ser apreciado por maestros y directivos de la escuela, y a pesar de ser el más joven en el equipo de beisbol ya era titular para los próximos torneos, lo que poco a poco lo encamino a ser disimuladamente popular. 

⚾⚾⚾


Como cada lunes, miércoles y viernes a las 7:00am, se encontraba en el gimnasio de la escuela caminando hacia las gradas, cuando una voz lo saco de sus pensamientos.

—Styles, hemos estado pensando seriamente en tu novatada. Solo por ser el atleta que eres no seremos tan malos contigo —dijo Liam, el capitán del equipo, justo antes de que el resto de los muchachos lo tomaran de cada extremidad.

Con mucho esfuerzo y lucha de por medio lo ataron de pies y manos para después llevarlo al campo de beisbol y dejarlo en un charco de lodo. Las lluvias esa semana habían sido intensas, por lo mismo solo hacían cardio y actividad física variada en el gimnasio para mantenerse en forma mientras podían volver a usar el campo donde además estaban haciendo algunas remodelaciones.

Todos se pararon alrededor de él soltando risas y haciendo chistes, la idea era que se quedaría ahí hasta que encontrara la forma de desatarse o que se dieran las 7:30 para tener 15 minutos libres en las duchas, a las 8 en punto debían desocupar el gimnasio para el equipo de baloncesto.

La verdad es que Harry no podía evitar reírse junto con los demás. Lejos de verlo como un acto cruel lo vio como el parteaguas entres ser "el nuevo" y ser parte de ellos. Los chicos siempre eran amables y comprensivos con el cuándo recién llego, la broma solo era parte de dejar de ser el novato. Todos habían pasado por eso, no sentía que un poco de lodo amenazara su integridad física.

Harry no pudo desatarse, así que aun medio enredado en la soga sus compañeros lo llevaron a las regaderas, 15 minutos después todos se encontraban impecables haciendo nada en las gradas, esperando que fuera hora de irse. En una de las entradas al gimnasio se escuchó un alboroto. Pisotones, risas y tenis rechinando, era el equipo de baloncesto, el cual usualmente llegaba cuando ellos ya se habían ido.

It Ain't Over 'Til It's OverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora